No escuece en demasía una derrota que hace unos meses habría supuesto ahondar en una profunda herida, pero que tras la estelar gira sobre tierra batida protagonizada por el catalán, no es más que un tropiezo que incrementará la intensidad y ganas de progresar de Granollers. Una vez superada la siempre compleja gira sobre hierba, el catalán busca dar continuidad a su gran tenis de meses pasados en los torneos sobre tierra batida estivales europeos, donde han sido notables las alegrías alcanzadas, entre las que destaca un título en Gstaad.

En la ciudad costera de Bastad no ha podido ser, pero Granollers ha de ser consciente de que tiene armas más que suficiente para brillar en este tipo de eventos. Para ello, requiere estar mucho más vivo de piernas de lo que estuvo en su fatídico duelo ante Bagnis, que encontró los resquicios en el tenis de Marcel.

Granollers no tuvo chispa

Sus golpes no adquirieron ese bote alto y veloz que tanto le caracteriza, jugando demasiado corto y permitiendo que el argentino dominara en todo momento. Granollers no supo imponer su condición de favorito, cometiendo demasiados errores y mostrándose algo pesaroso sobre la pista.

Un jugador encorajinado como Bagnis, leyó a la perfección la situación y no dudó en ponerse el mono de trabajo. Trabajó incansablemente intentando desgastar a Granollers y no verse intimidado por la superioridad teórica de su rival. Así, cuando el primer set parecía abocado al tiebreak, el argentino dio un zarpazo al encuentro al conseguir un break. Con esa ventaja en el bolsillo, todo fue más fácil para Facundo, encontrándose a un Granollers con muy poca frescura mental para remontar, y constantes problemas para mantener su servicio.

El argentino tendrá al ganador del duelo entre Verdasco y Montañés como rival, por lo que habrá de estar muy inspirado en su próximo encuentro. Se prevé que Granollers siga su ruta europea con torneos como Umag, Kitzbuhel y Gstaad, con muchas esperanzas puestas en que pueda rendir a un nivel mucho más alto que en Suecia.