Son un tesoro tenístico. Así se puede definir a la dupla formada por Nicolas Mahut y Pierre-Hugues Herbert, un veterano y un joven fieles representantes del tenis clásico galo, que se erigen en exponentes de lujo del mismo en un mundo globalizado que no guarda ya lugar al romanticismo. Mahut y Herbert suben a la red, imprimen a la bola efectos imposibles y se desplazan con tremenda elegancia por la pista.

Su entendimiento mutuo es notable, como así lo demuestran los dos títulos de Grand Slam alcanzados juntos, a los que pretenden sumar hazañas en competiciones por equipos. La Copa Davis y los Juegos Olímpicos son los retos inmediatos en competiciones clave para que la pareja Mahut - Herbert pueda proporcionar una alegría a su maltratado país por el terrorismo. Esta eliminatoria se tornaba clave para ver cómo los franceses habían metabolizado su triunfo en Wimbledon y cómo se preparaban para la cita Olímpica de Río de Janeiro. Las dudas posibles han quedado disipadas. Mahut y Herbert están preparados para todo.

Cómodos entre altibajos

Saben que no son perfectos y eran conscientes de que el partido sería difícil. Con la eliminatoria igualada a uno tras la jornada del viernes, el dobles iba a resultar clave en el devenir de la eliminatoria y la tensión pareció atenazar a los cuatros contendientes, a pesar de que todos ellos acumulan experiencia en momentos cumbre. 

Los franceses estuvieron brillantes en los momentos decisivos

Mahut y Herbert comenzaron imparables, dando una lección de tenis a unos muy nerviosos Rosol y Stepanek. A través del servicio, los checos fueron alcanzando una tendencia positiva, materializada en la victoria del segundo parcial. Mahut y Herbert volvieron a ser muy superiores en la tercera manga, donde los checos no tuvieron ni una sola bola de break.

Los franceses tuvieron opciones de sobra para cerrar el partido en el cuarto set, pero dos despistes hicieron que la balanza se decantara del lado de Radek Stepanek y Lukas Rosol, que supieron resistir gracias al apoyo del público. Ya en el quinto, Mahut y Herbert mantuvieron la calma y lograron alzarse con la victoria, siendo letales en los detalles decisivos.