No pasa el tiempo para Karlovic, uno de esos hombres que engrandecen el deporte de la raqueta, y hacen ver que es posible superar grandes dificultades y explotar al máximo sus recursos. No es fácil jugar al tenis midiendo 210 centímetros, no es fácil superar un derrame cerebral que le dejó postrado meses sobre una cama, y no es fácil seguir siendo competitivo a los 37 años. Todo esto es lo que consigue Ivo Karlovic temporada tras temporada, y en Newport puede alzarse con un título que aleje aún más la posibilidad de plantearse su retirada.

Y es que no hay por qué retirarse si se hacen las cosas bien y, sobre todo, si se sigue disfrutando con este deporte. Parece que la pasión es lo que mueve al gigante croata a continuar en la pomada, y lo que le lleva a continuar siendo un jugador de referencia en el circuito. Y ante eso es muy difícil luchar. Karlovic peleará por el séptimo título de su carrera profesional, y por dejar atrás la maldición de Newport, tras dos finales perdidas ante Hewitt y Ram.

Baghdatis se vio sin opciones

Víctima de un bombardeo, material y metafórica. Esto es lo que sufrió el chipriota en su duelo ante un Karlovic iluminado, que conectó 17 saques directos perdió muy pocos puntos al saque. Tan pocos que no llegó a entregar ni una sola pelota de break en todo el encuentro. Marcos le puso voluntad pero no se puede luchar contra este elemento cuando Karlovic está concentrado y fresco.

Karlovic no dio ni una oportunidad de break al chipriota

Bastante hizo el chipriota con aguantar su servicio, eludiendo los continuos intentos de break por parte del croata. Ivo llegó a tener hasta ocho bolas de break en todo el partido, una en el primer set y siete en el segundo. Baghdatis hizo gala de una tremenda habilidad de escapismo, eludiendo con aplomo situaciones límite. Sin embargo, en los dos tiebreaks disputados se impuso la lógica, y ganó el que mejor jugó.

Karlovic eligió los tiros acertadamente en los puntos más importantes, manteniendo la cabeza fría en todo momento y su muñeca firme. Brillante en la volea y empleando muy bien el revés cortado, el croata certificó una victoria que puede ser la antesala a la gloria. Y es que aunque Newport no sea un torneo de referencia, para un hombre de 37 años y estas características, levantar un título es una verdadera hazaña.