Todo puede ocurrir cuando Nick Kyrgios está sobre una pista de tenis. El talento desbordante del australiano no se ve acompañado por una mentalidad exigible para un tenista de alto nivel, y ni siquiera para una persona cuerda que quiera alcanzar cualquier objetivo en el ámbito profesional. Da la sensación de que el australiano se siente por encima del bien y del mal, y considera una ofensa, un azar del destino incomprensible que pueda perder partidos. 

Cuando Kyrgios juega contra rivales de mucho peor ránking que él, su actitud es aún más autodestructiva. Así ocurrió ante el joven desconocido para el gran público, Dennis Shapovalov. Este adolescente nacido en Tel Aviv hace 17 años, dio la campanada de los últimos meses en el tenis mundial. Siendo habitual su presencia en torneos ITF Futures, Shapovalov logró una victoria en un Masters 1000, justificando sobradamente la wildcard concedida por la organización del torneo.

Kyrgios estuvo muy errático

Es muy difícil ganar un partido de tenis de alto nivel con la intensidad de piernas de la que hizo gala Kyrgios en este duelo. Parado absolutamente, acogiéndose a su habilidad innata para encontrar golpes ganadores y pegando a destiempo, y sin aceptar que el rival que tenía enfrente le iba a poner las cosas difíciles. Así jugó el australiano y así recogió el fruto de lo que había sembrado él solo: la derrota.

Dennis Shapovalov en Toronto. Foto: zimbio
Dennis Shapovalov en Toronto. Foto: zimbio

El australiano cometió la friolera de 18 dobles faltas en todo el partido

Shapovalov estuvo muy intenso desde el principio, consciente de estar ante una oportunidad única de madurar como jugador y no tener nada que perder y mucho que ganar. El canadiense salvó cuatro bolas de break en el primer set y aprovechó la displicencia de Kyrgios para llegar a la muerte súbita, donde fue muy superior.

Con la confianza por las nubes, el estético revés a una mano de Shapovalov fluía cual agua de manantial, y martirizaba a un Kyrgios con muchos problemas para desplazarse por la pista. El canadiense dominó la segunda manga, pero dejó escapar cinco oportunidades de rotura que bien habrían podido significar el final del encuentro. Kyrgios se encontró con una ventaja en el marcador que no desaprovechó, fruto de los nervios en su rival.

Shapovalov se inspira en Roger Federer, de quién afirmó ser su seguidor más fiel

Cuando parecía que el sueño llegaba a su fín y que el favorito se alzaría con la victoria, Shapovalov demostró estar hecho de otra pasta. Lo dejó todo sobre la pista y atacó con orden y precisión, cerrando muchos puntos en la red y alcanzando el tan ansiado break. No dudó al servicio para cerrar el partido y condenar al ostracismo a un Kyrgios cuya actitud comienza a ser una ofensa para los aficionados a este deporte.

Dennis Shapovalov celebra la victoria. Foto: zimbio
Dennis Shapovalov celebra la victoria. Foto: zimbio

El sueño de Shapovalov tendrá continuidad en segunda ronda con el duelo ante Grigor Dimitrov, otro jugador tan talentoso como volátil. Si el canadiense juega al nivel al que lo hizo ante Kyrgios, puede lograr otro triunfo que despierte la admiración de medio mundo. Una nueva estrella puede estar fraguándose.