Siempre está ahí, sin hacer mucho ruido, sin despertar pasiones pero Tomas Berdych sigue abonado a la élite. A pesar de acudir a los Juegos Olímpicos, no ha renunciado al torneo de Toronto, consciente de que el vacío de favoritos puede proveerle serias opciones de lograr un resultado mejor de lo habitual. Su flamante puesto de finalista en Wimbledon parece que ha incrementado notablemente su confianza, haciendo que un Berdych que parecía algo desorientado a mediados de temporada, tras despedir a Daniel Valverdú al perder 6-0 6-0 ant Goffin en Roma, pueda regresar a su mejor nivel.

No tenía un escollo nada sencillo en Borna Coric. El croata llegaba henchido de confianza tras su papel protagonista en la remontada croata ante Estados Unidos en Copa Davis, y el nivel de juego mostrado frente a Dodig en primera ronda, hacían pensar que pudiera dar la campanada ante el checo y a punto estuvo de ello.

Berdych fue de menos a más

Comenzó algo timorato el bueno de Tomas, lento de piernas y errático con el primer servicio. Demasiadas licencias con un jugador en tendencia ascendente como Coric, que supo aprovechar sus opciones en la primera manga, y en un despiste del checo al saque logró el break que supuso adjudicarse el primer set.

Sin embargo, la reacción fue meteórica. Berdych vio las orejas al lobo y sacó su mejor tenis para derribar las esperanzas de Coric de un plumazo. El segundo set fue una exhibición de golpes ganadores del checo, que se lo adjudicó por 6-1. Todo parecía de cara para Berdych, pero Coric mantuvo la intensidad y volvió a equilibrar el encuentro. Finalmente, sucumbió al juego incisivo y maduro del checo.

Tomas parte como quinto cabeza de serie en Toronto, y todo lo que no fuera plantarse en cuartos de final sería una decepción para él. Allí, tiene como potencial rival a Novak Djokovic, al igual que le ocurriera en Wimbledon. No se vio las caras contra el serbio en Londres, y a buen seguro, esperará no hacerlo tampoco en la ciudad canadiense.