Sangre caliente y espíritu mediterráneo corre por las venas de la representación transalpina en Río de Janeiro. Con un nivel medio prolífico en cantidad y calidad, Italia sigue siendo una referencia del tenis mundial y así lo atestigua el hecho de contar en Río de Janeiro con la friolera de siete tenistas (cuatro mujeres y tres hombres). Ninguno de ellos parte como claro favorito a la medalla, pero ostentan un nivel que les podría situar en la lucha por presea si rinden al máximo.

Experiencia como receta en el torneo masculino

No llegan en su mejor momento tenístico ni mental, atendiendo a sus resultados individuales pero también a la reciente eliminación de Copa Davis a manos de Argentina. Fognini sigue perdido en un mar de irregularidad y mucho habrá de calmarse para no avergonzar a su público con alguno de sus díscolos espectáculos. Los Juegos Olímpicos no han de permitir el tipo de actitudes al que parece abonado Fabio. Si por contra está tranquilo, será un jugador temible y candidato a todo.

Seppi y Fognini en Copa Davis. Foto: daviscup.com
Seppi y Fognini en Copa Davis. Foto: daviscup.com

Mucho más complejo resulta pensar en que Andreas Seppi o Paolo Lorenzi puedan, ni siquiera, ganar un partido en tierras brasileñas. Incómodos sobre pista dura y despojados de la chispa necesaria para alcanzar grandes objetivos, estos dos estables jugadores de fondo de pista deben tomarse la cita para disfrutar. 

Además, en el dobles Fognini compartirá pista con Seppi. Resulta curioso que en la eliminatoria de Copa Davis contra Argentina, la dupla fuera con Lorenzi, y más por el buen rendimiento mostrado ya que a pesar de la derrota, demostraron buena compenetración. Fognini fue campeón del Abierto de Australia en 2015 junto a Bolelli, y aunque su estilo de juego no parezca propicio para esta modalidad, ha dejado patente contar con cierta facilidad. 

Últimos coletazos de una generación exitosa

Roberta Vinci, Sara Errani y Francesca Schiavone encarnan la época más florida del tenis italiano femenino, junto a la ya retirada Flavia Penneta. Todas ellas parecen en tendencia decadente en sus respectivas carrera profesional, pero la experiencia y talento que atesoran pueden hacer que en cualquier momento, vuelvan a rendir al máximo nivel. Competidoras natas como ellas no tendrían problema en hacerlo en una cita de las magnitudes de unos Juegos Olímpicos.

Vinci está jugando bien sobre superficie dura en 2016, como atestigua su título en San Petersburgo

La falta de consistencia de las grandes favoritas del torneo femenino abre mucho el espectro de posibilidades para la segunda línea de la que las italianas forman parte fundamental. Vinci parece ser la que más posibilidades tenga para alcanzar un resultado destacable.

En la modalidad de dobles, Errani y Vinci formarán una pareja, mientras que la consumada especialista Karin Knapp, jugará junto a la veterana Francesca Schiavone. El carácter que desprenden todas ellas sobre la pista puede ser un aval a su favor, y sería necio descartarlas plenamente para la lucha por las medallas.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.