Hay vida más allá de los cinco anillos olímpicos, al menos para el tenis. El calendario no se paraliza del todo por la cita olímpica, siendo muchos y de muy notable calidad los jugadores que no deciden ni ir a Río de Janeiro ni descansar, sino buscar la oportunidad de engrosar su palmarés. El torneo de Atlanta se erige en una manifiesta oportunidad para muchos de ellos, y estando el torneo en su recta final, se antoja complicado poder hacer un pronóstico.

Monopolio estadounidense en la parte alta

Isner y Fritz buscarán un puesto en las semifinales en un duelo fratricida. El de Greensboro es el máximo candidato a alzarse con la victoria final del torneo, habiéndose adjudicado el título en las tres últimas ediciones. Busca el póker y por ahora va por buen camino, habiendo vencido sin dificultades a Mannarino. En la antepenúltima ronda se verá las caras con Taylor Fritz, una de las sensaciones del 2016.

En el otro enfrentamiento por este lado del cuadro, se medirán Donald Young y la gran sensación del torneo: Reilly Opelka. Este joven de 18 años y fuera del top-800, sorprendió a propios y extraños al cuajar un fabuloso partido ante Kevin Anderson y derrotarle por 6-7 (5) 6-3 7-5. El sueño continúa y se espera que la grada se decante por el joven en el duelo ante su compatriota Donald.

Kyrgios y alternativas de nivel en la parte baja

No ha tenido suerte Fernando Verdasco con el sorteo del cuadro, teniéndose que ver las caras en cuartos de final con el jugador que mejor tenis está mostrando en Atlanta. Kyrgios renunció a los Juegos Olímpicos por acudir a este evento por lo que su motivación será máxima. El español está jugando bien, dando continuidad al tenis sólido del que hizo gala en Bastad y que le permitió llegar a la final. No sería descabellado pensar en que el que salga vencedor del duelo entre el australiano y el español, tiene todas las papeletas para alzarse con el título.

El otro enfrentamiento de esta parte del cuadro resulta realmente inesperado, dando cabida a un Horacio Zeballos siempre aguerrido, y al joven Nishioka, desbordante de talento pero falto de condiciones físicas para competir ante los mejores con garantías. El nipón se está encontrando bien en Atlanta y tiene ante sí una gran oportunidad de lograr un salto cualitativo en su carrera.