Después de conseguir derrotar sin mayores problemas a las brasileñas Teliana Pereira y Paula Gonçalves, las españolas Garbiñe Muguruza y Carla Suárez sellaban su billete a los octavos de final del cuadro de dobles femenino en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, una ronda en la que se encontraban con las belgas Kristen Flikpens y Yanina Wickmayer, quienes habían sido capaces de imponerse previamente a las kazajas Yaroslava Schvedova y Galina Voskoboeva por retirada de estas. El duelo estaba servido, con ganas de victoria por parte de las españolas, quienes previamente habían sido derrotadas en el cuadro de individuales.

Remontada que sabe a gloria

Con la rabia de haber sucumbido en sus compromisos individuales, tocaba pasar página y centrarse en el compromiso de dobles, pero ni mucho menos estaban Muguruza y Suárez en su mejor estado durante los primeros compases del choque, propiciando esto que el dueto belga consiguiera un quiebre a las primeras de cambio que les llevaba hasta el 3-0 tras consolidar la rotura con su servicio. Tras varios juegos de tranquilidad, el 4-2 volvió a poner patas arriba el encuentro, y es que las primeras bolas de rotura hacían acto de presencia en el casillero español, obteniendo en su tercera tentativa el quiebre que les llevaba hasta el 4-3 en un primer momento, pero eso ni mucho menos garantizaba el cambio de liderato en el choque.

Las belgas mantuvieron la calma en todo momento y aprovecharon los errores de Muguruza para llevarse un contrabreak que les dejaba con 5-3 a favor y la posibilidad de cerrar el parcial al saque, algo que no estaban por la labor de permitir las españolas, recortando distancias hasta el 5-4, para certificar el quiebre obtenido anteriormente igualando la contienda a cinco juegos. En el momento más crítico del set el pulso le temblaba a Flikpens y Wickmayer, propiciando una nueva rotura a favor de Carla y Garbiñe, que dejaba al combinado nacional haciéndose con el primer parcial por 7-5 después de 43 minutos de partido.

Flikpens y Wickmayer no quieren despedirse a las primeras de cambio y envian el partido al tercer parcial

Tuvieron que sufrir lo que no estaba escrito en la primera manga, pero con la mitad de los deberes hechos, Carla Suárez y Garbié Muguruza afrontaban el segundo parcial con mucha más tranquilidad, viendo como el nivel de las tenistas belgas subía considerablemente, desaprovechando las españolas dos bolas de rotura, y como bien dice el dicho, quien perdona lo acaba pagando, y eso mismo le ocurría a las españolas, que comprobaban en sus propias carnes como a continuación Yanina y Kristen les quebraban el servicio para irse hasta el 1-3, consolidando a continuación la rotura obtenida yéndose hasta el 1-4.

El vendaval de juego impuesto en esta segunda manga por las belgas llevaba a las españolas a tener que solventar ni más ni menos que cuatro bolas de break para recortar distancias hasta el 2-4, algo que ni mucho menos impedía que con 2-5 Flikpens y Wickmayer vieran llegar a su casillero tres bolas de set al resto, aprovechando la primera para cerrar el parcial por 2-6 y forzar una tercera manga que prometía emociones fuertes.

Fin de fiesta por todo lo alto

Espadas en todo lo alto, tan solo un set para dilucidar qué pareja continuaba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y quien hacái las maletas. Cuatro juegos de tanteo, dos por cada bando, pero a partir del 2-2 la locura se destaba a favor de la pareja española, encadenando Carla Suárez y Garbiñe Muguruza dos quiebres consecutivos que les llevaban en volandas hasta el 5-2, con el que terminaban cerrando el tercer y último parcial por 6-2, y por ende se llevaban un trabajado triunfo por 7-5, 2-6 y 6-2 después de una hora y 48 minutos de partido. Garbiñe, muy tocada tras su eliminación en individuales, no dudó en asumir que el ritmo de partido lo había llevado en todo momento su compañera Carla Suárez. "Gracias a Carla hemos conseguido estabilizar el partido y pasar a los cuartos de final", comentó ante los medios de comunicación.