Después de conseguir estrenarse en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con triunfo sobre el argentino Federico Delbonis, hacer sucumbir en segunda ronda al italiano Andreas Seppi y doblegar al francés Gilles Simon en su último partido, el español Rafael Nadal comparecía en los cuartos de final del torneo olímpico teniendo que batirse en duelo con el tenista local, Thomaz Bellucci, quien en su camino había derrotado al alemán Dustin Brown por retirada de este, al uruguayo Pablo Cuevas en un trepidante duelo sudamericano, y al belga David Goffin por la vía rápida. El premio para el ganador de este partido, jugoso: un puesto en las semifinales entrando en la lucha por las medallas, ya fuera oro/plata o bronce.

Bellucci es llevado por el público en volandas

Grada llena, el sol en todo lo alto y un público de todo menos tranquilo esperaba en pista a Rafael Nadal y Thomaz Bellucci. Era un día grande para Brasil, puesto que su gran estrella quería entrar por la puerta grande en la lucha por las medallas teniendo al otro lado de la red a uno de los mejores tenistas de la historia, pero como no podría ser de otra manera, los campeones también sufren, y Bellucci conseguía a las primeras de cambio poner contra las cuerdas a Nadal.

El tenista brasileño, mucho más suelto de piernas y con un ritmo trepidante, conseguía quebrar el servicio del mallorquín en el empate a un juegos, yéndose hasta el 1-2 para a continuación certificar su rotura con su servicio, cogiendo carrerilla hasta el 1-3. El dominio de Bellucci no había hecho más que comenzar, puesto que los problemas no hacían otra cosa que aparecer en el juego de Nadal, para que el tenista español no consiguiera detener las acometidas de su contrincante con 2-4 en el electrónico, viendo como Thomaz aprovechaba una nueva bola de break para colocar el 2-5 a su favor y tener la oportunidad de cerrar la primera manga con su saque, algo que obtenía sin mayores problemas por 2-6 después de tan solo 32 minutos de partido.

Thomaz Bellucci celebra su ventaja en el primer set | Foto: Zimbio

Cabrear a Rafael Nadal no fue la mejor opción escogida por el público brasileño, pagando los platos rotos Bellucci

Por la vía rápida tenía un parcial en el bolsillo Thomaz Bellucci, pero ni mucho menos se podía dar por muerto a un tenista tan combativo como Rafael Nadal que vendería muy cara su derrota en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Tan solo tres fueron los juegos que necesitó el tenista mallorquín para comenzar a agrandar su leyenda, puesto que con 2-1 a su favor, Nadal aumentaba la intensidad al resto para quebrar el servicio de su contrincante por primera vez en todo el partido, yéndose hasta el 3-1, un efímero resultado que era ampliado fácilmente por el mallorquín hasta el 4-2.

De ahí en adelante los juegos pasaban con más pena que gloria hasta que Rafael tenía la responsabilidad de cerrar la manga al saque, algo que ni mucho menos ibaa permitir Bellucci, recuperando la rotura sufrida para ponerse 5-4 a bajo, pero tras hacer lo más difícil, que era evitar la consolidación de Nadal en la segunda manga, el brasileño se venía abajo repentinamente, permitiendo que las primeras bolas de set llegaran a su rival al resto, logrando Rafa cerrar el parcial rompiendo el saque de Thomaz por 6-4 después de 44 minutos de set.

Rafael Nadal sufriendo para llegar a por una bola | Foto: Zimbio

La lucha por las medallas es para Nadal

Quedando por delante el tercer y último set para dilucidar el vencedor del encuentro, Nadal tomaba las riendas a las primeras de cambio siguiendo la misma tónica que había llevado a cabo un parcial antes, y es que con 2-1 a su favor, el mallorquín subía la presión al resto para quebrar el servicio de su contrincante, cogiendo carrerilla para llegar hasta el 4-1 con la certificación de la rotura obtenida anteriormente con su servicio.

Los problemas no habían hecho más que comenzar para Bellucci, que con 5-2 en el electrónico, tras llevarse a cabo dos juegos tranquilos, tenía que sucumbir de nuevo con su saque, viendo no solo como Rafael Nadal cerraba el tercer parcial por 6-2, sino que también se llevaba el partido después de dos horas y un minuto por 2-6, 6-4 y 6-2. El próximo escollo del tenista española en la penúltima ronda de la cita olímpica será ni más ni menos que el argentino Juan Martín del Potro, un tenista que eliminaba a Roberto Bautista en su último partido, pero que por el camino dejaba al número uno, Novak Djokovic. El duelo está servido por un puesto en la pelea por el oro y la plata o el bronce.