Nunca es fácil dar el salto al deporte profesional. La entidad de los rivales y la dureza de los partidos obliga a subir el nivel, una situación que no siempre se produce pero que se antoja necesaria para lograr éxitos. El mejor ejemplo de ello es Pablo Carreño, que tras muchos intentos, consiguió el primer título ATP de su carrera tras imponerse en la final de Winston-Salem a su compatriota Roberto Bautista en un partido intenso y donde los dos jugadores españoles ofrecieron un gran espectáculo sobre la pista.

Camino duro

Y es que tras alcanzar la sexta posición del ránking mundial en categoría júnior, Carreño deslumbró en los torneos Challenger, consiguiendo hasta nueve títulos. En 2011 consiguió dos en territorio italiano, si bien sus grandes éxitos llegaron en 2013 y 2014, cuando logró cuatro y tres títulos respectivamente, siendo todos ellos sobre tierra batida a excepción del conseguido en Segovia, que se disputa sobre superficie dura. 

Carreño había perdido las dos finales disputadas en 2016

Tras un 2015 complicado, Pablo Carreño afrontaba con más confianza la temporada 2016, y esta mejora anímica se reflejó desde el primer momento. Sólo hubo que esperar hasta finales de febrero para presenciar la primera final ATP del tenista asturiano, que tras firmar una actuación espectacular, alcanzó la final en Sao Paulo. Sin embargo, el título tuvo que esperar, pues el uruguayo Pablo Cuevas fue superior en el último encuentro del torneo sudamericano y se alzó con el título.

La historia se repitió dos meses después en Estoril. El tenista gijonés firmó un torneo prácticamente perfecto, derrotando a Fernando Verdasco, Taro Daniel, Gilles Simon y Benoît Paire para plantarse en la final. Sin embargo, el título tampoco llegó, pues su compatriota Nico Almagro corroboró una gran semana y se alzó con el título en el campeonato portugués, dejando al asturiano de nuevo con la miel en los labios.

Y llegó la gloria

El título no llegaba pero Pablo Carreño no cejó en su empeño, y finalmente el duro trabajo tuvo su recompensa en Winston-Salem. El jugador español se deshizo en primera ronda del alemán Jan-Lennard Struff, mientras que en segunda ronda se impuso al uruguayo Pablo Cuevas. Kuznetsov en cuartos de final y Millman en semifinales fueron los siguientes rivales superados por el gijonés, que se plantó en la final para enfrentarse al castellonense Roberto Bautista.

El gijonés ya está entre los 50 mejores del mundo

El segundo cabeza de serie del torneo partía como favorito no sólo por su clasificación mundial, sino también por su gran actuación en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Tras una primera manga muy igualada, donde ambos jugadores se mostraron prácticamente intratables con su servicio, el resultado del primer parcial tuvo que decidirse en el 'tie-break', donde la igualdad se mantuvo hasta que un pequeño error de Carreño permitió a Bautista imponerse por 8-6 y llevarse el primer set.

Pablo Carreño firmó un partido prácticamente perfecto con el servicio | Foto: zimbio.com
Pablo Carreño firmó un partido prácticamente perfecto con el servicio | Foto: zimbio.com

Todo se había puesto de cara para el castellonense, pero Pablo Carreño demostró en Winston-Salem que tiene mimbres para instalarse entre los 30 mejores del mundo. Los dos jugadores bajaron ligeramente su efectividad con el saque y ambos aprovecharon las escasas opciones de rotura, logrando un 'break' cada uno y, por consiguiente, manteniendo de nuevo la igualdad en el partido. Así se llegó de nuevo al juego definitivo, pero en esta ocasión, el gijonés jugó a la perfección y Bautista cometió algún error, por lo que el segundo set cayó del lado del número 49 de la clasificación mundial.

En el tercer y definitivo set, la clave estuvo en el servicio de Carreño. Con unos porcentajes altísimos de puntos ganados con el saque, cediendo únicamente tres, el gijonés obligó a su rival a mantener ese mismo nivel si quería conseguir el triunfo. Bautista mantuvo el equilibrio durante la mayor parte del encuentro, pero un juego algo más errático fue más que suficiente para que Pablo Carreño acabara llevándose la última manga por 6-4, consiguiendo así el primer torneo ATP de su carrera deportiva. 

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