Es la gran incógnita. Capaz de lo mejor y lo peor, Garbiñe Muguruza despierta pasiones y rencores a partes iguales. Su tenis es difícilmente superable cuando está ordenada mentalmente y bien en lo físico, pero parece realmente complejo que se den estos factores. Su victoria en Roland Garros ha supuesto un cambio notable en la vida de la española, que parece autopresionarse y haber perdido el amor por este deporte.

Busca encontrarlo de nuevo en Nueva York, donde solo ha ganado un partido en toda su carrera deportiva.  "Estoy siempre positiva cuando voy a un torneo. Yo tengo una nueva oportunidad, y es un Grand Slam. Estoy emocionada aquí. Me encantan los Grand Slams. Me encanta Nueva York. Tengo muchas ganas de empezar y ver qué pasa". Johanna Konta eliminó a la española en segunda ronda el pasado año, en el primer torneo que disputó la nacida en Caracas tras su ruptura con Alejo Mancisidor. "Cada vez más, se hace evidente que los Grand Slam son los torneos en los que tienes que esforzarte al máximo…O al menos intentar que cuando un Grand Slam se acerca, estar más preparada para ese torneo", señaló la española que lleva una mochila repleta de decepciones en los últimos meses.

"Cuando uno es joven, todos los torneos son como más iguales o eres más feliz. A veces una realmente no sabe dónde está jugando. Ahora con los años te das cuenta, Hey, eso es el torneo Tengo que estar lista y espero ganar", dijo una Muguruza radiante e ilusionada con el torneo, ante la posibilidad que tiene de regresar por sus fueros victoriosos. En Wimbledon cayó ante Cepelova en segunda ronda y la española parece haber aprendido de ese partido. "Cuando fui a jugar ese partido me sentí, como, agotada. Como que me desperté ese día pensando, 'tengo que jugar un partido hoy. Me siento cansada". Creo que he aprendido más acerca de cómo recuperar y concentrar mi energía".