No hay manera. Es preciso ir asumiendo que una jugadora que prometía mucho, se va a quedar en una obrera más del tenis mundial, que se ganará el pan con esfuerzo, honradez pero lejos de los principales focos de atención. Arruabarrena busca puntos desesperadamente que le alejen de la frontera del puesto 100 del ránking, ya que actuamente sestea en las últimas posiciones de este selecto grupo y lo hace con malas sensaciones sobre la pista.

Sus expectativas no eran muchas en un torneo de máxima exigencia como el US Open, y ni siquiera pudo ponerle en algún aprieto a la kazaja Shvedova, en un gran momento de forma tanto en individuales como en dobles. No hubo historia en un partido que pone de manifiesto la necesidad de que la española busque algún cambio en su tenis o su entorno.

Shvedova castigó a una Lara sin argumentos

Sus golpes de fondo de pista fueron débiles, su movilidad de piernas reducida y las variaciones de altura y efectos no cuajaron. Este fue el desolador panorama que acompañó a Lara Arruabarrena durante todo su partido, y lo que explica la contundencia de su derrota. Shvedova jugó muy cómoda y desplegó el tenis que ya mostrara en Wimbledon.

Arruabarrena no tuvo ni una bola de break en el primer set

En la primera manga no tuvo la española ni una sola pelota de break, vagando sin rumbo por la pista y viendo cómo Shvedova subía a la red con alegría apoyada en buenos golpes tanto de revés como de derecha. La kazaja se relajó algo en la segunda manga atendiendo a su palmaria superioridad, pero ni siquiera eso hizo pensar en una remontada de Arruabarrena, que no pudo mantener su servicio con solidez.

La rival de Shvedova en segunda ronda saldrá del duelo que disputarán entre sí la joven rusa Daria Kasatkina y la china Wang. Podría ser una buena oportunidad para la kazaja de cuajar un gran US Open, ya que su mejor resultado es la tercera ronda alcanzada en 2009 y 2013. Toca seguir trabajando y reflexionando a Lara Arruabarrena.