No hay margen de error. Cuando se disputa un Grand Slam, la gran mayoría de las favoritas no fallan en las primeras rondas, y más si eres una tenista veterana que te conoces todo tipo de partidos. En el día de hoy, la italiana y número ocho del mundo, Roberta Vinci, venció por 6-1 y 6-3 a la estadounidense Christina McHale, en un encuentr que se alargó a la hora y cuatro minutos de encuentro.

Está entre las mejores del mundo en la modalidad de individuales, haciendo gala de una madurez total como jugadora que le permite afrontar situaciones límite con total aplomo. Está próxima su retirada de las pistas, pero quiere despedirse por la puerta grande, al igual que su compatriota Flavia Penneta. Nueve títulos en su haber y una oportunidad manifiesta para lograr uno más en el US Open. ¿Por qué no soñar?

Vinci sacó el rodillo

Sensacional despliegue de golpes cortados, liftados, bombeados, dejadas y voleas. Todos los tiros existentes en el tenis los ejecutó Roberta en un encuentro de segunda ronda auténticamente memorable. En un duelo de estilos que hizo las delicias del público neoyorkino, la italiana entró como un torbellino, consiguiendo romper el servicio de su rival hasta en tres ocasiones, demostrando la gran superioridad mostrada a lo largo del partido. 6-1 y primer set finiquitado en menos de media hora.

El panorama no cambió en la segunda manga, donde la inseguridad de McHale aumentó, lo que hizo que Vinci tomara aún menos errores y explotara su solidez de fondo de pista. Todo estuvo igualado hasta el séptimo juego, donde Vinci logró el break. Lo intentó Christina McHale, y de hecho tuvo una bola de rotura, pero Roberta se mostró con una solvencia más que notable para cerrar el partido por un parcial de 6-3 y cerrar su acceso a la tercera ronda del último Grand Slam de la temporada.

En tercera ronda, la tenista italiana se medirá a la vencedora del duelo que enfrenta a la kazaja Yulia Putintseva frente a la alemana Carina Witthoeft en un encuentro donde la primera parte como gran favorita.