Había mucha expectación en San Petersburgo para ver el partido que enfrentó a dos tenistas de la siguiente generación del tenis. Zverev y Khachanov estaban preparados para una batalla que fue mucho más igualada de lo que muchos esperaban. El tenista ruso, principal baluarte de su país en el futuro, demostró que tiene mucho recorrido por delante y poco a poco va puliendo su potente estilo desde el fondo de la pista. Los dos tenistas plantearon una batalla encarnizada que se pudo llevar cualquiera de los tenistas que, en ocasiones, pecaron de inmadurez.

El partido comenzó trepidante y con los dos primeros puntos vimos que ambos tenistas iban a poner toda la carne en el asador. Zverev hizo el juego que mejor se le da: intentar subir a la red. Khachanov por su parte estuvo muy seguro con los servicios y prefería mover al tenista alemán por el fondo de la pista para no darle oportunidad de cerrar los puntos con la volea. Ninguno de los dos tenistas se quiso salir de su guión porque la táctica funcionaba. Los dos tenistas traían el partido muy bien preparado y eso se notaba a la hora de moverse por la pista. El único momento de debilidad del primer set lo mostró Khachanov al tener que salvar una bola de break, pero lo hizo sin mayores consecuencias. La precisión al servicio de ambos tenistas hizo que el primer set desembocase en la muerte súbita. Aquí esa precisión con los servicios se ausentó y ambos tenistas comenzaron a cometer errores no forzados producto de las prisas por cerrar el punto. El que más regaló aquí fue el tenista ruso que vio como Zverev se anotó el primer set.

La derrota en el tie break pareció reforzar al tenista ruso. Mostró debilidad en su primer servicio producto de la precipitación en su juego, pero buscando bien los ángulos en la pista consiguió ponerse por delante con una rotura. Se quitó Khachanov presión de encima y comenzó su idilio con el juego. El ruso parecía imbatible desde el fondo de la pista y todas las bolas obedecían al ruso; si tocaban la cinta caían en campo contrario. Zverev, aunque dio muestras de desesperación, supo ser paciente y esperó el momento de bajón de su rival. Ese momento llegó y Zverev dio la vuelta al marcador con dos roturas consecutivas que minaron la moral de Khachanov y se dejó llevar hacia la derrota.

El partido fue muy vistoso y muy disputado, digno de dos tenistas que crecen día a día para llegar a lo más alto del ranking en un futuro. Zverev lidera con mano de hierro la siguiente generación del tenis, pero ya hay rivales similares en edad que le plantan cara en la pista. El partido de primera ronda en San Petesburgo ha sido una muestra de ello. Khachanov ha mejorado mucho su derecha y cada vez se atreve más con el revés, la progresión del tenista ruso ha sido muy grande y ya se asoma al top 100 con apenas veinte años. Pero la victoria manda y es Alexander Zverev quien pasa a la siguiente ronda donde se medirá al campeón del duelo entre Medveded y Bublik.