Su progresión está siendo meteórica y ha logrado dar el paso de gran jugadora a superestrella. Angelique Kerber, una de las cabezas de lista de esa segunda línea tan competitiva como la actual era Kerber a inicios de año, y apenas nueve meses después, ostenta en su haber dos Grand Slam y su nombre brilla por encima de las del resto en la clasificación WTA. Época de cambios que la de Bremen repasó en una entrevista para Sport360, en la que no tuvo remilgos para tratar todo tipo de temas.

La germana parece tener claro que el mantenimiento del número uno le exigirá una gran regularidad y esfuerzo titánico: "Creo que voy a esforzarme al máximo para hacer un buen trabajo. En realidad estoy deseando continuar este desafío. Va a ser una situación completamente nueva," señaló la alemana antes de referirse a la gran competitividad imperante en el circuito. "Sé que hay muy buenas jugadoras detrás de mí que están jugando muy bien, por lo que será siempre una dura batalla en cada torneo".

Su entrenador, Torben Beltz, se erige en una pieza fundamental para explicar la evolución de la teutona. "Me conoce muy bien, conoce mi juego, sabe cómo hablar conmigo, cuándo hablar conmigo; la confianza está ahí y es una parte muy importante de nuestro equipo. Con él, una de las grandes mejoras ha sido mejorar el manejo de la presión y de las cosas que suceden a mi alrededor", señaló una sonriente Kerber.

Su triunfo en Melbourne a inicios de año fue una sorpresa y sobrevoló la mente de todos los aficionados si sería un hecho aislado o el inicio de una era. Kerber reconoce que ella también lo meditó. "Después de Australia pensé acerca de esto. No directamente después, pero sí unas semanas después. Pensaba 'está bien, tal vez pueda ganar un poco más, ahora sé cómo funciona'. Nueva York fue sin duda un poco diferente, porque se sumaba el hecho de que yo pudiera llegar al número uno." Angelique no eludió hablar sobre la presión que supuso jugar para obtener esta meta. "En Cincinnati todo el mundo hablaba de ello, la presión fe realmente muy dura. No sé cómo he manejado eso. Traté de no escuchar nada. Por supuesto es más fácil decirlo que hacerlo, pero lo hice. Todos los días. Mentalmente fui muy fuerte para lidiar con ello".

Lo que queda claro es que Kerber se encuentra en el mejor momento de su carrera profesional. "Estoy realmente feliz porque ahora puedo disfrutar mucho más. Creo que con toda la experiencia y altibajos en mi carrera ahora puedo realmente centrarme en las cosas y emociones positivas", dijo la alemana que ya mira con optimismo el torneo de Pekín.