Año de constantes luces y sombras para Marcel Granollers. Los primeros meses vagaba perdido por las pistas de medio mundo, sin rendir ni siquiera en torneos Challenger, hasta que llegó el torneo de Montecarlo. En el Principado se produjo el punto de inflexión que llevó al catalán a reengancharse a su mejor nivel, e ir alternando actuaciones brillantes con otras decepcionantes.

Suficiente para mantenerse en el top-40 y para seguir disfrutando de un deporte que Marcel ama, como demuestra el hecho de que complemente los torneos individuales con los de dobles. Aún hay mucho tenis en la raqueta de Granollers, y quiere sacarlo a relucir en Basilea. Ya en segunda ronda, se erige un jugador peligroso para cualquiera.

Granollers fue más estable que Laaksonen

Derrocha talento el helvético por los cuatro costados, y se erige en una gran esperanza del tenis de su país, para mantener un tono medio durante los próximos años. Su papel de héroe en la Copa Davis le hizo ganarse el cariño de todos, y así se lo demostró la grada de Basilea.

Laaksonen jugó a destellos y no encontró soluciones para pasar a Granollers en la red

Sin embargo, no le sirvió de mucho en su partido contra Marcel Granollers. Y es que el catalán se mostró a un nivel mucho más continuado y regular, y sacó de punto a un Laaksonen algo desesperado por no poder aprovechar sus oportunidades de rotura en el primer set. Reaccionó el jugador local, pero eso no pareció preocupar demasiado a Granollers, que en la tercera manga volvió a jugar repleto de intensidad y con apariciones exitosas en la red.

Triunfo de mucho mérito para el jugador catalán, cuyo siguiente rival saldrá del duelo que disputen Jack Sock y Adrian Mannarino. No será un encuentro sencillo pero Marcel parece estar en condiciones para sorprender a cualquiera, como ya hiciera ante Tomas Berdych en el torneo Masters 1000 de Shangai.