Será tu sexta final en Madrid, la cuarta en los últimos cinco años. ¿Es un torneo especial?

Mucho. Estar en una final aquí es un sueño. Jugar en casa siempre es especial. Guardo muy buenos recuerdos, como la victoria de 2005 (remontó dos sets adversos a Ivan Ljubicic), que fue una de las más bonitas de mi carrera. Cuando llegué aquí no podía imaginar que estaría en otra nueva final, sino en tratar de ganar el primer partido. Pero aquí estoy nuevamente. Pase lo que pase mañana, la semana está siendo muy positiva.

Siete torneos y siete finales desde tu regreso. ¿Esperabas este regreso a las pistas?

Obviamente no. He estado más de siete meses alejado de las pistas sin apenas entrenar. El objetivo prioritario era volver a competir y ahora estoy disputando mi séptima final del año. Estoy jugando uno de los torneos más dificiles del mundo, donde estan los mejores. La alegría es enorme.

Mats Wilander llegó a decir en febrero que no serías favorito para Roland Garros. ¿Cómo te ves para el segundo Grand Slam del año?

Es normal que lo vea así, apenas llevo siete torneos en el último año. A día de hoy no sé si podré competir en Roland Garros. Los resultados están siendo muy positivos, pero prefriero ser cauto e ir día a día.

En la final espera Wawrinka o Berdych, ¿alguna preferencia?

Ninguna. Los dos están jugando a un nivel altisimo. Son dos grandes pegadores y aquí en Madrid, con altura (655 metros), son aún más difíciles.