Hay varios tipos de rivales. Entre ellos,  los que te inquietan siempre obligándote a trabajar la victoria. Philippe Kohlschreiber, a pesar de ceder contundentemente en los duelos precedentes (1-10), siempre es un duro escoyo para Rafael Nadal. El de Manacor, en su viaje a esa final de Pekín que le devuelva el cetro mundial, sufrió en exceso para deshacerse del alemán. Los breaks en el comienzo del encuentro ya atisbaron un encuentro “raro” que se decantó del lado del español en el tie-break de la segunda manga (6-4 y 7-6). Con este triunfo, el español alcanza los cuartos de final y queda a tan sólo dos victorias de recuperar el número uno. En cuartos se medirá al italiano Fabio Fognini.

Que al poco de comenzar el encuentro (3-3) Nadal ya hubiese cedido en dos ocasiones el servicio, era causa de preocupación. Conquistó el US Open cediéndolo en cuatro ocasiones, las mismas que acumula tras dos rondas en Pekín. Sin embargo, su fiabilidad sigue intacta (aún no ha cedido sobre cemento en este 2013). El español, mucho más errático de lo normal (hasta 35 errores no forzados a lo largo del partido) asentó el encuentro tras ese comienzo en el que ambos comenzaron con dudas. Supo manejar la situación y aprovechó el mínimo resquicio para apuntarse el set al resto (6-4).

El segundo parcial se presentó diferente. Los jugadores, más rodados y con más confianza, mejoraron considerablemente su nivel con el servicio. No obstante, siguieron sudando para sacar adelante cada juego. La igualdad se hizo patente a lo largo de la manga y todo tuvo que decidirse en el desempate. Ahí Nadal sacó los galones. Tiró de experiencia y de calidad para marcar la diferencia. El alemán tan sólo pudo maquillar el resultado antes de ceder (7-3). Nadal se medirá a Fognini, verdugo de Lleyton Hewitt (6-0 y 6-2).

El otro español que se jugaba su pase a tercera ronda en el día de hoy, Roberto Bautista, no corrió la misma fortuna que el número dos del mundo. Pese a estar cerca de lograr un imposible, terminó cediendo ante John Isner (6-2, 6-7(3) y 6-4). El estadounidense, que se apoyó de su gran servicio para adjudicarse el primer acto, cedió en el desempate del segundo, donde pocos tenistas son capaces de hacerle temblar. En la última manga, y con todo por decidir, un único break de Isner a mitad del set decidió la batalla. El americano se medirá al checo Thomas Berdych.