Novak Djokovic se ha proclamado, con todo merecimiento, campeón del ATP 500 de Pekín por cuarta vez en su carrera, segunda de manera consecutiva, tras derrotar en la gran final a Rafael Nadal por 6-3 y 6-4 en apenas una hora y veintisiete minutos. El tenista serbio, en el día en que perdía la condición de número 1 que ha ostentado durante la friolera de 101 semanas, quiso dar un golpe sobre la mesa: "Lucharé por recuperar el número 1 antes de que termine el año; sé que es difícil, pero también puedo sumar algún punto" declaró Djokovic este sábado, y hoy le tocó refrendarlo sobre la pista. ¡Y de qué manera!

El comienzo de Djokovic sobre el tapete azul del National Tennis Stadium de Pekín fue impecable. Sabedor de que necesitaba escaparse pronto en el marcador para no perder la confianza, siguió el guion al pie de la letra. La clave para él era no pensar, pues por debajo en el luminoso su cabeza podía empezar a atormentarle viendo al otro lado de la pista al malvado diablo que le había vencido en seis de sus últimos enfrentamientos y, no contento con ello, le arrebataba su condición de dominador del tenis mundial.

El revés fue una losa terrible para el balearPero no tuvo que pensar en nada Nole en todo el partido. Solo en mantener el nivel de su tenis, excelso, que castigó a Rafa desde el primer punto. Con mucha agresividad y muy fino de piernas, el pupilo de Marian Vajda dictó siempre el ritmo del partido. Un ritmo alto, que Nadal no era capaz de sostener. El español daba la cara con su derecha y su entrega, pero cada vez que entraba en juego su revés se le ponía todo muy cuesta arriba. Incapaz de hacer nada con ese golpe durante todo el partido, no pudo con esa pesada losa.

Además empezó demasiado frío el encuentro, lo que no perdonó un Djokovic volcánico. Sin conceder la mínima opción ya se fue al primer asueto con ventaja de 3-0, break arriba mediante. Ventaja que no pudo ampliar por su exceso de celo en cerrar los puntos rápido, buscando intercambios demasiado cortos en los que estuvo algo más fallón. Sin embargo, muchisimos más errores cometía Rafa, que fue un espectador de lujo al resto durante todo el primer set, en el que apenas firmó dos tantos contra el saque del serbio para terminar cediendo por 6-3.

El segundo set, por los mismos derroteros

No logró Rafa cambiar absolutamente nada en el segundo parcial, repitiendo sus constantes fallos y añadiendo un pobre rendimiento con el segundo saque, muy timorato y que aprovechó a la perfección Djokovic para atacarle y llevar la iniciativa. Así, hizo nuevamente lo que en la primera manga: romper el primer saque del balear. Con esa ventaja, que puede antojarse mínima ante un jugador de la talla del español, terminaría siendo suficiente.

Pudo ampliarla el 'chacal' en el tercer juego, donde desperdició dos bolas de break, lo que abrió una pequeña puerta a la esperanza del español. Recordando lo sucedido ante Fognini, contra quien protagonizó una remontada fastuosa, se concentró y buscó exigirle más golpes a Djokovic para conseguir los puntos, pero esto no le supuso gran problema al rey del tenis mundial, destronado a partir de mañana. 

Así, Nole siguió dominando y, en los pocos momentos de apuro, fue inteligente y cedió la iniciativa al paupérrimo revés de Nadal, que se encargó de facilitarle el trabajo al serbio. Finalmente, y cerrando su último juego al saque en blanco, Djokovic revalidó con éxito su corona, demostrando que la caída del primer puesto de la clasificación ATP no es de momento un golpe sino una motivación para seguir luchando. Se avecina una época genial para el tenis, con dos monstruos luchando de tú a tú. Tocará disfrutarlo.

Así lo vivimos

VAVEL Logo
Sobre el autor
Manuel F. Cartón
Diplomado en Ciencias Empresariales sobre el papel, pero periodista de vocación. Soy redactor de tenis y de la sección de fútbol del Real Sporting de Gijón.