Por segunda semana consecutiva, David Ferrer se ha quedado a las puertas de alzarse con un título. Si la semana pasada fue el joven Grigor Dimitrov quien le apeó del triunfo en Estocolmo, en esta ocasión ha sido Mikhail Youzhny. El tenista ruso, irregular a lo largo de toda la temporada, sumó su segundo título del año en Valencia. Con un nivel que recordó al que le llevó a adentrarse entre las diez mejores raquetas del circuito, el 'coronel' supo desactivar las armas de un Ferrer que se mostró más errático de lo normal. Muy solvente durante todo el partido, Youzhny terminó imponiéndose al español en dos mangas (6-3 y 7-5). Con este triunfo, el ruso ha sumado su primera conquista en Valencia, donde ya cayó ante Murray en la final de 2009.

Desde el comienzo se atisbó la diferencia de nivel sobre el cemento. Youzhny, capaz de aguantar con éxito los peloteos en el fondo, sacó de la pista a Ferrer. El alicantino, lastrado por su servicio (apenas ganó la mitad de puntos con su primer saque) cedió un 0-40 en el cuarto juego. Nada pudo hacer para evitar el break. Con el 3-1 en el marcador, los puntos ganados por cada uno (14-8 en favor del ruso) reflejaban a la perfección quién era el dueño y señor del partido. Por si fuese poco, la herida se agrandó. David seguía sin encontrar respuesta y el moscovita continuaba muy solvente. Se apuntó dos juegos más, sumando así cinco consecutivos.

Entonces llegó la respuesta del primer favorito, que comenzó a dominar con su derecha y acortó la diferencia en el parcial (5-3). Sin embargo, ya era tarde. Youzhny volvió a servir para cerrar la manga y en esta ocasión la mano no le tembló. Apuntilló el set (6-3).

El Ágora comenzó a apoyar con más ahínco al jugador local en el comienzo del segundo acto. La necesidad de cambiar el rumbo del partido cuanto antes era más que visible en el rostro de Ferrer, que pareció contagiarse de esos ánimos. Por primera vez restó con contundencia con los servicios del ruso. Dominó con su derecha y desarmó al rival.  En definitiva, volvió a mostrar la versión de la tarde de ayer ante Almagro. Las tornas cambiaron y, en el cuarto juego, fue en esta ocasión David el que dispuso de un 0-40. Como ya hiciese Youzhny en el primer acto, no lo desaprovechó y tomó ventaja (1-4).

Con todo a favor, el partido comenzaba a mostrar ese guion que termina con la remontada del gran favorito. Pero en esta ocasión, no iba a ser así. La presión, los nervios, algo fallaba en la figura de Ferrer, que no conectaba buenos servicios. Hasta cometía errores con su derecha en la media pista. Mikhail, por el contrario, en vez de arrojar la toalla, siguió peleando. Con su revés a una mano como principal arma, mostró un nivel de top-ten que terminó desquiciando al español, que solo pudo apuntarse un juego más, antes de terminar cediendo (7-5).