Andújar, un 'lucky loser' muy afortunado

La historia más peculiar del día la ha protagonizado un tenista español, y además, con un final más que feliz. Pablo Andújar, eliminado en la fase previa y que había dado por concluida su temporada 2013, ha conseguido colarse en el cuadro final y hacerlo a lo grande, venciendo a uno de los tenistas más en forma del momento, el canadiense Vasek Pospisil, por 6-4, 2-6 y 6-4.

Para entender lo peculiar de esta victoria hay que remontarse al lunes de noche. El tenista conquense, que cayó en la ronda previa ante Santiago Giraldo (2-6 y retirada) se encontraba en su casa de Valencia, a donde regresó tras su abandono ante el colombiano. Unos problemas en el codo, concretamente una epitrocleitis, le llevó a desistir antes de tiempo en su duelo tratando de evitar una lesión mayor, y le llevó de vuelta a casa para hacerse unas pruebas, de las que se desprendió que no había riesgo de empeorar.

Relajado y ya de vacaciones, ayer lunes encendió su móvil durante la noche y pudo ver un mensaje de la ATP. Gael Monfils había sufrido en su entrenamiento vespertino una lesión en la muñeca, y abandonaba así la competición dejando un hueco en el cuadro final. Este hueco sería cubierto por un lucky loser -el jugador derrotado en la fase previa de mayor ranking, entre los que se encontraba el propio Andújar, además de Roberto Bautista y Pablo Carreño, ambos aún en París.

Así, al bueno de Pablo se le presentaba la opción de entrar en la fase final, y no lo dudó un momento. A las 6 de la mañana ya esperaba su vuelo en el aeropuerto de Valencia, y con algo de apuro y escasos 15 minutos de margen estampaba su firma en Paris-Bercy -tenía que hacerlo antes de las 10:30- y ya esperaba la hora de su duelo contra Vasek Pospisil, para el que la preparación radicó más en la fisioterapia y los calmantes que en el habitual entrenamiento.

Finalmente, entre dolores, saltó a la pista, ¡y de qué manera! Una actuación brillantísima le llevó a imponerse a un desacertado Pospisil, del que supo aprovechar sus errores siendo paciente, serio y tenaz. En poco más de doce horas había cambiado Valencia por París, decisión que no pudo ser mejor. Victoria, más de 18.000 euros y 45 puntos ATP. Premios inesperados que serán más que bienvenidos y certifican que termine el año entre los 50 mejores. Y de postre, un duelo para disfrutar en segunda ronda ante Tomas Berdych, si su lastrado codo -hoy requirió varias veces la presencia del médico de la ATP en pista- le vuelve a dar un respiro.

Lo de este martes no ha sido una casualidad sin más para Pablo Andújar. Es la compensación del destino por el despiste que, en 2007 y cuando daba sus primeros pasos en el circuito profesional, le costó quedarse sin debutar en Wimbledon, tal y como relata el propio jugador en Tennis Topic. Por aquel entonces un fallo al consultar la pista en que jugaba le llevó a presentarse tarde a su duelo de fase previa. Hoy, alguien ha hecho justicia con el conquense.