Hace unos días El Confidencial adelantaba la noticia de que la Unidad para la Integridad del Tenis (TIU), órgano que lucha contra la corrupción en el deporte de la raqueta, investigaba a un jugador español por presunto amaño de partidos. Ahora, se sabe el nombre de este tenista. Se trata de Guillermo Olaso de la Rica, tal y como desvelaba ayer 'El Partido de las 12' de la Cadena COPE, confirmado así lo que ya había adelantado el programa de radio 'Planeta Tenis FM', de Nacho Mühlenberg.

El tenista bilbaíno está acusado por la TIU de haber amañado, supuestamente, hasta once partidos de los más de 80 disputados durante la temporada 2013, casi todos ellos en torneos Challenger y Future donde desarrolla la mayor parte de su carrera. Los once partidos se ajustan al guion considerado por sospechoso por dicho organismo, al darse en ellos sonoras derrotas o remontadas tras perder el primer set, siempre ante jugadores de poco nivel como los casos de Filippo Baldi (1.092 ATP), Pietro Licciardi (1.266 ATP), o Gianmarco Cacace (1-324 ATP).

La técnica del amaño

El amaño de partidos en el tenis se basa, principalmente, en las dos maneras descritas con anterioridad. Por lo general se hace ante jugadores muy inferiores, contra quienes la cuota del favorito es muy baja. Entonces, este o bien se deja supuestamente perder mientras su entorno apuesta en su contra, o bien cae con estrépito en el primer set para que suba su cuota, remontando en los siguientes parciales con apuestas, en este caso, a su favor.

Olaso ya ha prestado declaración ante la autoridad competente, y está a la espera de conocer la posible sanción, que podría ir hasta la suspensión de por vida y los 250.000 dólares de multa. En su defensa, el jugador ha declarado ser víctima de una mafia rusa que le extorsionaba, en lo poco que ha podido trascender de su declaración. 

Como dato curioso, cabe destacar que el vizcaíno se embolsó en premios durante 2013 apenas 44.138 dólares, poco más de 32.000 euros, una cifra ridícula para alguien que supuestamente vive de este deporte. Se estima que, por cada partido supuestamente amañado, ganaba entre 20.000 y 30.000 euros.