2014 arranca de manera oficial la próxima semana y también lo hace para Roger Federer. El suizo, que desestimó su participación en el torneo de exhibición de Abu Dabi con el que se inicia el curso, aunque de manera no reglamentaria, fijó su primera parada a diferencia de otros años (normalmente compite en Doha) en el ATP 250 de Brisbane. Sin preparación previa en otros eventos, tan sólo con lo que ha dado de sí la serie de entrenamientos y ejercicios a los que se ha sometido en el período vacacional en su residencia de Dubái, Federer comenzará su andadura en 2014 sobre el tapete de la Pat Rafter Arena.

En un año en el que luchará por devolver la confianza a sus seguidores y hacerles olvidar lo que dio de sí 2013, Federer se muestra reflexivo y echando una mirada atrás en su carrera desvela para un diario australiano cuáles fueron sus pensamientos cuando se inició en la pugna por los Grand Slams, allá por el año 2003: "Era como un diamante en bruto. Así es como mucha gente solía verme. Necesitaba ser pulido. Llegué en un momento en que Lleyton (Hewitt) tenía un éxito increíble a una edad temprana. Al igual que Roddick o Ferrero. Ellos estaban un paso por delante de mí”.

"No quiero decir que estuviera frustrado, pero no entendía por qué no me sucedía a mí (el ganar algún ‘major’). Estaba tan detrás de ellos que me decía a mí mismo: "Vale, voy a exigirme un poco más". Cada día mi mentalidad mejoró, siendo siempre profesional", reconocía el suizo, que incluso afirmó haber pasado una temporada ejercitándose físicamente de manera intensa.

Ahora, con la vista puesta en el primer torneo de año, y cómo no, en la gran cita de este primer tercio de la temporada; el Open de Australia, Roger hace balance de la situación que tuvo que afrontar durante la mayor parte de 2013, y cómo, poco a poco, cree haber recuperado la confianza en su tenis: "Me empecé a quedar algo atrás. Ahora, siento que he vuelto a recortar terreno de nuevo. Las cosas no han sido fáciles durante los últimos meses. Estuve jugando con dolor en ocasiones, y a veces no debería haber jugado. Mi cuerpo no me ha dado tales problemas en las últimas semanas, y mis resultados me han hecho dar un paso adelante. Me hacen querer más".

Federer, que ya se encuentra en Brisbane, añadió: "Necesito encontrar mi ritmo. Por eso he llegado tan pronto a Australia. Tendré varias cosas divertidas por hacer, en torno a Año Nuevo, con la familia (recientemente, anunció su nueva paternidad en 2014). Estoy en la recta final de mi preparación y estoy pensando cada vez más en Brisbane".

17 Grand Slams cosecha el hombre récord de títulos en esta categoría, y 17 son los meses que lo separan de su última gran hazaña (Wimbledon 2012). En el Melbourne Park buscará la coyuntura que le otorgue el pleno en su jugada; su decimoctavo ‘Grande’. Ante lo que se le viene en las próximas semanas, Roger afirma: "Esta parte del año es muy importante para mí. No quiero tener ningún otro contratiempo. Me siento realmente confiado en mis posibilidades, no sólo en Brisbane y Melbourne, también más allá de estos torneos".