Rafael Nadal es el segundo español clasificado para los cuartos de final del Open de Australia. Logró la clasificación tras vencer a Kei Nishikori por 7-6(3), 7-5 y 6-1 después de más de tres horas de tenis, marcadas por una máxima igualdad gracias al buen hacer del nipón, que pese a ello hincó la rodilla al no aguantar el ritmo del español en los momentos igualados.

Nishikori, que solo había ganado un set a Rafa en cinco enfrentamientos previos, saltó a la pista atenazado por esa estadística, y regaló de iniciio su primer juego al saque para dar al número 1 mundial una pronta ventaja, aparentemente capital a la vista del nivel mostrado durante la semana, en la que hasta hoy no había perdido un solo servicio. Sin embargo apenas le duró un cuarto de hora la alegría a Nadal, pues en el cuarto juego la igualdad retornó al luminoso tras remontar el nipón un juego que tenía perdido con cuatro puntos consecutivos.

A partir de ahí fue llegando la calma. Ambos defendieron a continuación con acierto las bolas de break que concedieron, y en el final del set dominaron los sacadores para encaminar la solución de la manga a la muerte súbita. En ella dominó desde el principio Nadal, llevándosela por 7-3 y anotándose un igualado primer set, donde finalmente primaron sus golpes ganadores en los puntos calientes, donde demostró como es habitual su categoría.

Primera prueba de fuego superada por Rafa

No se vino abajo Nishikori tras perder un set realmente igualado, y siguió jugando a un gran nivel. Con un tenis de muchos quilates, apoyado en un fabuloso revés, continuó en la batalla. Mientras, Nadal mientras, pese a sus buenas cifras al servicio, comenzaba el segundo acto a remolque. El citado revés de Nishikori le permitía pocas licencias con su derecha cruzada, castigada cada vez que se quedaba corta, y el suyo propio estaba falto del buen tino de las noches anteriores, lo que le llevó a sufrir más de la cuenta y ceder su servicio en el ecuador (2-3 abajo y saque del tenista asiático).

Nadal encontró la respuesta en la calma y en la derecha de su rivalSe complicaba el panorama para el español ante un valiente Nishikori, que tuteaba al principal favorito por ranking a la victoria en Melbourne. Pero, como tantas veces en su carrera, empezó a fraguar la remontada del parcial en las trincheras. En ellas, se agazapó a esperar a que el fuego enemigo bajase de intensidad, como terminaría sucediendo. Jugar al límite vale para un rato, pero no como táctica para horas y horas. De este modo, el tenista del sol naciente no tardó demasiado en ver disiparse su ventaja (4-4) para luego asistir a un recital del manacorí en el rush final, que alcanzó su mejor nivel de juego en el partido y, con sus más incisivos golpes y jugando bien dentro de la pista, castigó los nervios de Kei definitivamente, quedándose a un set de los cuartos de final.

Un lío inesperado

Nadal no se detuvo ahí. Su momento dulce se prolongó durante buena parte del tercer set, cuando Nishikori pareció entregar definitivamente la cuchara. Aprovechó la circunstancia el español para ponerse rápidamente break arriba, y con su cara más práctica salvar las opciones que tuvo el nipón de volver a engancharse para situarse con un plácido 4-1, cuando nadie imaginaba lo que vendría después.

Una doble falta inició el caosNishikori se aferró a la pista y, con su servicio, prolongaba hasta el 4-2. Rafa apenas había titubeado hasta ese momento, pero comenzó a hacerlo, y de qué manera. Tras salvar bolas de break en su saque previo concedió otras dos más en el séptimo juego, perdiendo la primera de ellas con una doble falta, arriesgando en exceso en el segundo saque abierto.

Los errores del balear dieron vida a Nishikori, que se lo empezó a creer. Por momentos dominó a su antojo, y en el 4-4 se vino arriba. Colaboraron además en ello todos los actores posibles: los nervios de Rafa y hasta el protagonismo de Eva Asderaki. La juez de silla decretó un más que discutible warning por exceso de tiempo entre punto y punto a Nadal, segundo de la manga, privándole de un primer servicio cuando más lo necesitaba. Con segundo saque, Nishikori apretó y forzó su error de drive, poniéndose en situación de sacar para llevar el partido al cuarto set.

Cúmulo de despropósitos de Nishikori con el set en su manoPero con todo a su favor, Nishikori se achicó. En un juego en el que lo hizo todo mezcló un par de golpes ganadores con cuatro errores no forzados de derecha: una bola a la red, una golpeada con la caña, una demasiado larga y, finalmente, repetición del primer fallo con una nueva derecha contra la malla. Cinco iguales, y finalmente resolución tras un par de servicios en la muerte súbita. Ahí Rafa ya no volvió a flaquear y con un minibreak bien pronto se procuró tres pelotas de partido, aprovechando la primera al resto.

De este modo, y con más sufrimiento del esperado, Nadal se ganó el billete a los cuartos de final. Ahí espera el búlgaro Grigor Dimitrov, verdugo del español Roberto Bautista.