No pudo comenzar mejor su primer final de Grand Slam Wawrinka. El suizo, que jamás en sus doce encuentros previos había logrado arrebatar un solo set a Rafael Nadal, lo ha logrado en el escenario de más porte de todos en cuantos se han visto las caras: la final del Open de Australia.

Wawrinka empezó la manga al servicio con mucho descaro y atrevimiento, y ya en el cuarto juego encontró el break que le ponía en ventaja, que sería capaz de mantener aunque con apuros durante el resto del set, para certificar así su buen comienzo.

El suizo fue de más a menos en la manga, y pasó de disfrutar de una bola de break con 4-1 a afrontar, en el noveno juego, un 0-40. En ese momento Stan tiró de su servicio, con una dosis exagerada de riesgo, para salvar las tres bolas de rotura y certificar con un ace la conquista por 6-3 del primer del partido y también de la historia de sus duelos con Rafa.