Se repite la historia. Con nuevo capitán la frente de la nave, Carlos Moyá, España revive la situación del año pasado. Nuevamente una complicada eliminatoria a domicilio fuerza, de cara al sábado y el domingo, a luchar para obrar el milagro y remontar el 2-0 adverso que pone fin a la jornada inicial, y evitar así llegar a la lucha por la permanencia entre las dieceseis mejores naciones.

La situación llega a este punto tras unirse, a la pronta derrota de Roberto Bautista ante Philipp Kohlschreiber, la del jefe de filas Feliciano López, quien cayó a manos del alemán Florian Mayer por 6-7(6), 6-7(4), 6-1, 7-5 y 3-6 en el hasta la fecha mejor partido de la temporada y en el que el bueno del toledano, un enamorado de la Copa Davis, mereció correr mucha mejor suerte.

De entrada, el español no se dejó amedentrar por la situación de pelear por no irse a dormir con un marcador casi mortal de necesidad. Lejos de ello se ató los machos y se aferró a su habitual juego alegre y ofensivo para llevar la iniciativa, si bien Mayer no se quedó atrás. Feli trataba de ir un paso más allá, pero era demasiado irregular, si bien en los momentos clave demostró su categoría salvando, durante el set inicial, hasta cuatro bolas de break en contra hasta alcanzar la muerte súbita. Ahí el más constante ganó, y ese como casi todo el parcial fue Mayer, menos proclive al error, quien se llevó el gato al agua.

El partido empezaba a tomar cariz de hemerotecaLos servicios continuaron dominando en la continuación, ahora incluso con más contundencia que en la manga inicial. Así, ambos tenistas fueron firmando sus saques sin demasiados problemas -apenas tuvieron que solventar una bola de break en contra por barba- y añadiendo, además, grandes dosis de talento. El público empezaba a ver un gran espectáculo por parte de dos auténticos virtuosos de la raqueta, con una capacidad innata para producir puntos de preciosa factura. También hubo espacio para los nervios y la tensión. Fue en el tie-break, al que se llegó sin muchos sobresaltos. De nuevo el desempate era coto del más serio en el fondo de la pista, el germano, que nuevamente sumaba un set a su marcador y adquiría una ventaja capital.

Reacción para la esperanza española

Todo estaba en contra de López, que veía cómo en un encuentro sumamente igualado la fortuna siempre sonreía al que estaba al otro lado de la red. Pero eso no le hizo venirse abajo sino todo lo contrario: centrarse más aún en dar la vuelta al luminoso. Y le ayudó la desaparición repentina del alemán de la pista, gracias a la cual logró lo que ni su rival, dos sets arriba, había logrado previamente: un break. Fue en el cuarto juego, y dio pie a una racha de hasta cinco juegos consecutivos que cayeron en su zurrón, gracias a la cual se abrió para él un cielo totlamente encapotado como en el día más plomizo para el toledano.

Tras un set totalmente para olvidar, Mayer regresó a la lucha. ¡Y de qué manera! El cuarto set refrendó que este se tratará, a buen seguro, de uno de los encuentros a recordar cuando, a final de año, se repasen los mejores partidos del año. Voleas de hemeroteca, servicios incontestables, intercambios infitinos o dejadas de seda. Nada faltó en un parcial con ambos jugadores dando el todo por el todo, aunque con más iniciativa de Feliciano que conectó hasta 17 golpes ganadores, por apenas seis del alemán.

Sin embargo, pese a hacer más méritos para ello, el español no veía cerca la conquista del set. Al revés: sufría en el ecuador para mantener su saque, hasta el momento intocable, mientras que no hacía el daño suficiente al resto donde el poco hortodoxo pero muy efectivo Mayer, con su peculiar mecánica de golpeo más propia de quien agarra una sartén que de un tenista, no pasaba apuros. 

Sí los pasó Feli, cuando en el décimo juego afrontó con su servicio hasta dos bolas de partido. Nada de achicarse entonces: grandes servicios y decisión para salvar la papeleta y a continuación, con Mayer aún pensando en la ocasión perdida, arrebatarle el saque en blanco y certificar a continuación la conquista del set. Dos iguales y la balanza, hace poco más de una hora casi rota en favor de los locales, estaba ahora como mínimo igualada, si es que no era favorable a un López más entero mental y físicamente.

El juego del horror

Pero cuando el local parecía más entregado, se le apareció la virgen disfrazada esta de Feliciano López, que cometió dos dobles faltas claves en el segundo juego, justo antes de que el cambio de raqueta tampoco ayudase a que el español volease bien un buen resto de Mayer, con el que este sellaba el break en blanco. A partir de ahí, poco más. Mayer se esforzó en sacar con limpieza sus servicios adelante y Feli en hacer lo propio para seguir con vida. Se aferró el partido como pudo, y hasta salvó dos bolas de partido más al resto en el noveno juego, pero le faltó el tino necesario para ir más allá del deuce y terminó cayendo ante un Mayer que, con dos saques directos consecutivos, firmó la victoria.

España terminaba así el viernes de la peor manera posible, con 2-0 abajo en el marcador, situación que nunca antes ha logrado remontar en toda su historia en la Copa Davis. Para tratar de romper esa estadística, mañana sábado saldrán a la pista Fernando Verdasco y David Marrero quienes, a falta de que se confirme cuál será la pareja escogida por el capitán local Carsten Arriens, tendrán la difícil tarea de mantener con vida a su selección en su primera participación juntos en la competición.