David Ferrer se coló esta madrugada en las semifinales del ATP 500 de Río de Janeiro en un encuentro marcado por las tristes circunstancias del tercer set, interrumpido por un problema con la luz, lo que no impidió que el de Jávea dejase una vez muestra de su buen hacer y su eficacia para superar al local Thomaz Bellucci por 4-6, 6-3 y 6-3.
El primer set empezó pronto a contracorriente para el español, que recayó en su defecto más habitual: perder su primer juego al servicio. A partir de ahí fue siempre a remolque, incapaz de recuperar la desventaja ante un Bellucci empeñado en demostrar lo circunstancial de su actual puesto, situado en el número 121 del ranking ATP. El ídolo local, otrora top25 y ganador de tres torneos, rindió a su mejor nivel, salvó las escasas dos bolas de rotura que ofreció y se dirigió hacia la conquista del primer set. Para ello funcionó bien su táctica de buscar insistentemente el revés de Ferru, cometiendo pocos errores y siendo agresivo en cuanto encontraba ocasión.
El español seguía al tran tran en el segundo acto, pero empezaba a aprovechar poco a poco el bajón de Bellucci, menos certero en los momentos clave, tanto que dejó escapar dos bolas de rotura -una en el primer juego y otra en el tercero-. La contienda ya estaba mucho más igualada, y tras un break para cada contendiente en el ecuador del set, Ferrer sacó el martillo en el octavo juego. El brasileño cada vez se veía abocado a asumir más riesgos, y en esas empezó a cometer errores no forzados, juntando hasta cuatro en el octavo para entregar una rotura que David certifcaba al servicio.
Parecía que el partido empezaba a inclinarse del lado del español, mucho mejor de piernas y más serio en los intercambios, aunque Bellucci quiso decir su última palabra. Salvó dos bolas de break y se procuró dos a favor a continuación, pero el momento en que las desperdició cambiaría ya definitivamente el guion. A continuación de eso entregó su saque (1-2 abajo y servicio para Ferrer) y solicitó la asistencia del fisio, aquejado el brasileño de problemas en la pierna derecha.
David se encontraba mientras ejecutando servicios para no enfriarse, cuando se apagaron parte de los focos de la cancha central, lo que propició la interrupción del partido para sorpresa y enfado mayúsculo del de Jávea. Más aún cuando lo que se preveía como un parón de diez minutos terminó siéndolo de casi dos horas. Pero en el retorno a la cancha David no se dejó sorprender. Cerró bien sus juegos al saque y tuvo opciones de rotura en todos los que disputó al resto, cristalizándolas en el noveno para sellar su acceso a las semifinales.
El rival del español en la última fase previa a la gran final será Alexandr Dolgopolov, verdugo esta noche del fatigado Fognini, quien tras tres semanas casi sin descanso dijo basta y cayó por 6-1 y 6-1. David conoce bien al tenista ucraniano, al que ha derrotado en siete de los ocho duelos previos entre ambos, pero sabe de lo difícil de la empresa de derrotarle. "Contra Dolgopolov siempre fueron partidos duros", comentaba. Sobre su encuentro ante Bellucci, no dudó en ser crítico con su rendimiento inicial: "No estuve bien al principio, quizás porque venía jugando de noche y hoy me tocó hacerlo por la tarde, pero fui de menos a más y conseguí la victoria que es lo importante", reconocía.