Con el colchón de las dos victorias conseguidas ayer, España solo necesitaba una victoria en los tres posibles partidos de la jornada dominical para certificar el ascenso al Grupo Mundial I de la Copa Federación. Y así fue. En el duelo de números uno, el primero de los tres, Carla Suárez salió mucho más enchufada que en su partido contra Misaki Doi y, desde el saque inicial, mostró su faceta más agresiva y menos contemplativa ante Ayumi Morita para conseguir, finalmente, el tercer punto de la eliminatoria por 6-3 y 7-5 en poco más de una hora y 40 minutos de encuentro.

La tenista canaria se escapó tempranamente en el marcador y con una rotura inicial, mantuvo la serenidad necesaria para consolidar su ventaja, haciendo sufrir a Morita en cada servicio, mermada de su tobillo izquierdo. Carla dirigió sus golpes con mucha intención y supo mover de lado a lado a la nipona hasta el punto de desesperarla. La número 17 del mundo tenía grabado a fuego en su piel la estrategia a seguir. Esperó su momento. Supo sobreponerse a las dificultades –salvando cuatro pelotas de rotura en el octavo juego- y cerró la primera manga de forma contundente al resto (6-3).

El guion de la segunda manga siguió los parámetros de su partido del sábado. Carla se fue 4-1 con un juego muy plácido para la número uno española, el encuentro se quedaba sin historia. Parecía que la japonesa bajaba los brazos, pero la canaria volvió a relajarse y Morita equiparó el marcador (5-5). Certificó su siguiente servicio en blanco y rompió el servicio de la nipona con uno de los 44 golpes ganadores que realizó para sentenciar el encuentro y, a la postre, la eliminatoria. 

España volverá a estar entre los ocho mejores países del tenis femenino el próximo año. Conchita Martínez puede colgarse su primera medalla. Ha conseguido crear un equipo, ha conseguido unirlo. Y, además, ha sabido motivarlo para competir.  Por el momento, España recupera su lugar un año después y reitera su papel histórico como una de las grandes potencias del tenis femenino. El primer paso de la era Conchita, solventado con éxito.