Carla Suárez Navarro sigue viviendo uno de los mejores momentos de su carrera. La joven tenista española ha aumentado sus prestaciones con la llegada de la temporada de tierra batida y parece adquirir, por fin, la regularidad necesaria para confirmarse como una top20 de primer nivel. Dotada de unas condiciones tenísticas fabulosas con la guinda del mejor revés a una mano del circuito femenino actual, la canaria parece estar preparada para dar el paso al frente definitivo, toda vez que el trabajo con Xavi Budó, su entrenador de toda la vida, parece ver al fin recompensa.

El torneo de Estoril puede ser el punto de inflexión de su carrera. Pese a la cercanía de un Premier tan especial como Madrid Carla solo mira al presente, y ese pasa por la tierra batida lusa, donde se está desenvolviendo a las mil maravillas. Aún con el riesgo de lastrar su rendimiento en la capital española por las diferentes condiciones de ambos eventos, se concentra en levantar el trofeo de campeona que el año pasado se le escapó tras caer en la final ante Kaia Kanepi por 6-3, 6-7(6) y 4-6 desperdiciando dos bolas de partido.
 
Este año la historia no se repetirá, al menos no por completo. La estonia no pudo con Carla en semifinales cayendo por un contundente 6-4 y 6-1 en una auténtica exhibición de juego por parte de la española, quien tras empezar 2-0 abajo firmó un parcial de 12 juegos a 3 con una autoridad insultante. Kanepi sorprendió en los compases iniciales con su terrible potencia de golpeo, pero pronto la finalista de 2012 empezó a trazar el plan  para cobrarse venganza, que no era otro que el de mover a su rival por la pista incesantamente. No tardé en dar sus frutos la estrategia, que fue minando poco a poco la resistencia de una Kanepi más imprecisa con el paso de los minutos, conforme aumentaban su cansancio y la desesperación al no poder encontrar un hueco de la pista en el que no estuviera la española para devolver una pelota más.
 
Toca ahora la empresa más difícil: subir el último escalón y conseguir el primer título de categoría WTA para Carla, a quien los números no acompañan. Y es que la actual número 23 del ranking femenino ha caído en sus cuatro intentos previos, el citado del año pasado en el mismo torneo de Estoril además de Marbella 2009 y 2010 -ante Jankovic y Pennetta- y Acapulco este mismo año, final en la que su verdugo fue la italiana Sara Errani. Tampoco son más esperanzadoras sus cifras ante la rival a la que se enfrentará este sábado: Anastasia Pavlyuchenkova. La rusa ha salido vencedora de los cuatro duelos anteriores entre ambas, uno en tierra batida (Saint-Gaudens 2008) y tres en pista rápida (Hobart y Tokio en 2009, Cincinnati el pasado curso).
 
Sea como fuere el caminar de una y otra durante la semana pone como favorita a Carla, que alcanza la final sin haberse dejado un solo set en el camino. Nasty, por contra, sufrió tanto en cuartos como en semifinales, necesitando de tres mangas para deshacerse de su compatriota Elena Vesnina y de la sorprendente Romina Oprandi respectivamente, lo que le restará opciones conforme la española, si logra mandar en la pista, haga más largo el partido. Este sábado a partir de la una del mediodía tendrá lugar la final, que puede encumbrar a Carla o volver a asestarle un duro golpe difícil de encajar.