El modelo "costless to play" en los juegos deportivos
Aunque no lo creas, esto es un videojuego - Foto por GuiltyBit

Antes de nada, tengo que decir que soy (debería decir “era”) un gran detractor de este modelo costless to play, que nos permite disfrutar de la descarga de un juego y un contenido limitado por el módico precio de… nada. Personalmente, prefiero pagar una cantidad más elevada por un juego y disponer del contenido completo, antes que ir pagando poco a poco por skins, armas, vidas, horas de juego, o lo que sea, porque además, todos sabemos que de esta manera terminas pagando más de lo que costaría el juego íntegro. Los que tengáis una hipoteca sabéis de lo que hablo, ¿verdad?

Tampoco me gusta jugar en dispositivos móviles. Eso de pulsar sobre la misma pantalla en la que se desarrolla el juego no termino de verlo, aunque reconozco que hay géneros en los que puede resultar menos molesto, como la estrategia, por ejemplo. Por no hablar de la batería que nos chupa pasarnos los ratos muertos jugando con nuestros smartphones

Pero como todo en esta vida, cuando reniegas de una cosa, descubres algo que te hace cambiar de opinión, y en mi caso, ha sido la aplicación My NBA 2K14, complementaria al gran juego de baloncesto que se han marcado en 2K Sports, y del cual podéis ver un análisis en GuiltyBit. Esta app incluye un “minijuego” (entre comillas, porque da para muchas horas) de cartas con más de 400 jugadores de la NBA, cada cual con sus características, para coleccionar y competir con otros usuarios, no solo en partidos amistosos, sino en temporadas completas, y a los que puedes entrenar, combinar y demás acciones… Seguramente el verdadero vicio de este juego se encuentre en el elemento coleccionismo que tanto nos atrae a todos en cualquier género, es decir, “quiero todas las armas”, “quiero todos los logros o trofeos”, o en este caso, “quiero todos los jugadores”. Para un aficionado al baloncesto como soy yo, esto es un plus que no se puede ignorar, y solo el intentar conseguir la carta de Lebron James, Paul George o Kevin Durant, me hace pasar horas y horas enredando con el móvil.

Además, existe el concepto de estar siempre conectado, porque es lo que se lleva ahora: tener la posibilidad de consultar tus estadísticas o logros de juego en cualquier parte o en cualquier momento. Bien, esta aplicación también lo permite, para cualquiera de sus modos de juego: puedes fardar de tu último partido con los colegas, ver quién será tu próximo rival o incluso conseguir dinero virtual para el juego “grande”, con el que comprar jugadores para “Mi Equipo”, o mejoras de habilidad para “Mi Jugador”.

El otro gran juego deportivo de cada año, FIFA 14, también tiene su propia aplicación, y es algo a lo que nos podemos ir acostumbrando, porque no solo supone un beneficio en entretenimiento para nosotros, sino un beneficio económico para las compañías desarrolladoras. Sin ir más lejos, yo nunca me imaginé apoquinando un céntimo en un juego para el móvil y… sin embargo lo he hecho. Y la verdad, no me parece algo de lo que haya que escandalizarse, porque al fin y al cabo, estás colaborando en tu medida para un trabajo que ha hecho una gente que en principio, y si tú quieres, te lo da totalmente gratis. Y los juegos deportivos son un nicho para el costless to play tan bueno como cualquier otro, pudiendo implementar micropagos para jugadores, equipos, uniformes, estadios o pabellones, y cualquier cosa que se os pueda ocurrir.

Las desarrolladoras y editoras son conscientes de ello y no van a desaprovechar esta oportunidad de negocio, como haría cualquiera en su posición.

La conclusión que he sacado es que el modelo costless to play no es del todo malo siempre que no se convierta en un pay to win, es decir, que no se fuerce al jugador a pagar para poder avanzar en el juego, y que el contenido ofrecido a través de micropagos pueda obtenerse por otros medios, véase horas de juego. Ah, también he logrado entender a quienes tienen un curioso enganchón al Candy Crush Saga… por mucho que nuestras baterías paguen el pato.  

VAVEL Logo