Mourinho no admite comparación con ningún entrenador del planeta Tierra. Ni en lo bueno ni en lo malo. Él mismo, cuando llegó a Londres con el objetivo de situar al Chelsea en lo más alto de Inglaterra y Europa, se autobautizó en su presentación en Stamford Bridge como The Special One. Fue algo como: “Por favor, no me llamen arrogante, pero soy campeón europeo y pienso que soy un tipo especial.”. Ante esto, la prensa británica, tan ingeniosa como de costumbre, le otorgó dicha denominación que aun conserva hoy en día.

Cuando el 22 de junio del año 2011 se anunció el fichaje de André Villas-Boas por el Chelsea proveniente del Oporto, las comparaciones, ya existentes entre uno y otro entrenador, se acentuaron. Y era normal, en parte. Era normal porque Mourinho firmó unas brillantes temporadas al frente del Oporto. Probablemente, y esto se puede corroborar con el pensamiento de la mayoría de aficionados oportistas, fue la época más esplendorosa de la historia del club. 2 ligas, 1 Copa, 1 UEFA y 1 Champions, entre otros, justifican el cariño.
La magnífica temporada de Villas Boas en el Oporto le auguraba un esplendoroso futuro inmediato En su primera y única temporada en el Oporto (2010-2011) el aprendiz de Mourinho, en otra época, logró levantar 1 liga, 1 Copa, 1 Supercopa y 1 UEFA Europa League, derrotando en la final al Sporting de Braga. Con este panorama sólo se le podía augurar un buen futuro a Villas-Boas. Incluso los más valientes se atrevieron a vaticinar un mejor rendimiento que el de Mourinho. O tal vez no eran tan atrevidos. En las dos temporadas en las que “The Special One” se sentó en el banquillo de Do Dragao consiguió: 86 puntos en la primera y 82 en la segunda, ambas en 34 jornadas. Villas-Boas, siete temporadas más tarde, logró 84 en cuatro partidos menos (30). Admirable.
Por eso que las expectativas creadas en torno a André no sorprendieron a nadie. Desgraciadamente para él, su progresión y el objetivo por igualar o superar a Mourinho se han visto truncados tras ser destituido como entrenador del Chelsea. Y los resultados obtenidos en el club londinense así lo demuestran.
El dinero como única excusa
Sin embargo, hay un punto a favor de Villas-Boas: el dinero desembolsado por el multimillonario Abramovich, dueño del club, desde que el portugués se hiciera cargo de las riendas del equipo allá por el mes de junio es notablemente inferior al invertido en los jugadores que José Mourinho, en su día, anheló. Las cifras así lo manifiestan: 82 millones repartidos entre Mata (28), Lukako (18), Meireles (13), Cahill (8,4), Oriol (5,1) y Courtois (9). En la primera temporada del de Setubal la cifra en fichajes ascendió a 144,5 millones, distribuidos en nueve jugadores, a saber: Drogba (34,4), Carvalho (28,5), Ferreira (18,5), Robben (17,5), Tiago (15), Jarosik (12), Cech (11), Kezman (7,2). Las cifras se igualan considerablemente si a los 82 millones gastados desde junio de 2011 se le agregan los 58 abonados por Fernando Torres unos meses antes. La operación dá 140 millones.
El equipo joven que reunió Mourinho ha derivado en el equipo viejo que se ha encontrado Villas-Boas José Mourinho se encargó de pedir al magnate ruso grandes jugadores que en su momento no eran estrellas. Prueba de ello son Drogba, Cech, Carvalho... futbolistas jóvenes y ambiciosos que soñaban con hacerse un hueco en la historia de la Premier. Y así lo hicieron. Resulta curioso que los tipos cuya edad es avanzada y cuya importancia en el vestuario es máxima han sido el principal problema de Villas Boas estos meses. El equipo joven que reunió Mourinho ha derivado en el equipo viejo que se ha encontrado André. Además, futbolistas como Lampard, Terry, Drogba mantienen una excelente relación con Mourinho, lo cual dificultaba, aun más si cabe, el trabajo de Villas-Boas, ya que la relación entre el de Setubal y su ex ayudante es pésima. "Su sombra está al acecho en todas partes”, declaraba Villas-Boas tras el viaje relámpago de Mourinho a Londres.
Los datos son los datos
Evidentemente, las condiciones de trabajo de Mourinho fueron radicalmente opuestas a las de Villas-Boas. Partiendo de esta base y de lo tratado más arriba, los datos en la primera temporada de ambos en el Chelsea en favor de “The Special One” contra su aprendiz son abrumadores.
El Chelsea ha perdido su sitio entre los grandes: 1 victoria, 2 empates y 3 derrotas ante sus rivales directos lo corrobora Lo más destacable, y a su vez negativo, es el sitio de privilegio que ha perdido el Chelsea entre los grandes con respecto a la temporada en que José Mourinho tomó las riendas del club londinense. Así se refleja en los resultados contra los gigantes de la Premier, a saber: Manchester City, Manchester United, Arsenal, Liverpool y Tottenham. El balance de los blues contra estos equipos en la temporada 2011-2012 representa la teoría del “bajón”: de los seis encuentros disputados antes esos clubes los resultados son: 1 victoria, 2 empates y 3 derrotas, con un goalaverage de -2. Difícil aspirar al título si contra los rivales directos sucede esto.
Por contra, en la primera temporada de Mourinho en Stamford Bridge, los equipos aspirantes a los puestos altos de la clasificación eran los mismos, salvo el Tottenham y el City, sustituídos por el Everton, que esa campaña finalizó 4º. El balance contra ellos fue de 6 victorias y 2 empates, ambos frente al Arsenal de Wenger y Henry, campeones el año anterior. El goalaverage fue de +7.
Los partidos ante equipos que ocupan un lugar similar en la clasificación o que las aspiraciones son las mismas son imprevisibles y, si son negativos, justificables. Lo que no lo es son los encuentros ante equipos claramente inferiores por presupuesto, posición clasificatoria o jugadores. Y ahí es donde radica el fracaso de Villas-Boas mientras estuvo al timón del barco “blue”. Los pinchazos contra Stoke, Fulham (por dos veces), Queens Park Rangers, Wigan, Swansea o Norwich eran impensables hace unos años, pero los tiempos por el Oeste de Londres han cambiado.
En la primera temporada de Mourinho, el Chelsea encajó hasta la 27ª jornada 8 goles. Esta campaña ya ha recibido 32 Dejando a un margen los resultados, es importante analizar e indagar en la comparativa de la capacidad goleadora de este equipo y aquél de la 2004-2005. Tras 27 encuentros disputados, el Chelsea lleva marcados 47 goles, una cifra respetable. Aunque parezca raro, transcurridos el mismo números de partidos en la primera campaña de Mourinho con los blues, los registros goleadores a favor fueron prácticamente similares: 49 goles. Sin embargo, donde radican las dificultades del Chelsea es en los goles encajados. A día de doy, en Premier, los londinenses han recibido 32 tantos. Aquella temporada, a estas mismas alturas, la cifra era considerablemente inferior... ¡tan sólo 8 goles encajados!, es decir, la cuarta parte de los recibidos esta temporada. ¿Conclusión? Villas-Boas no ha trabajado nada bien, en comparación con Mourinho, los aspectos defensivos, ya que el dato ofrecido es lapidario.
Las comparaciones son odiosas...cuando se pueden hacer
Mourinho lo ha ganado todo y Villas-Boas aun tiene todo por ganar. Nadie duda de sus capacidades como entrenador pese a su errante paso por el Chelsea; pero, a día de hoy, no se le puede comparar con The Special One. Los datos vertidos anteriormente refuerzan esta teoría.
Hablando en presente, es duro para el joven técnico portugués que se hagan comparaciones con Mourinho. Es duro porque dificulta su trabajo, aunque era consciente de ello cuando firmó con el Chelsea. Deberá seguir trabajando duro para que su palmarés reluzca tanto como el de Setubal. Aun así, ya saben lo que dicen: las comparaciones son odiosas, pero reveladoras.