El viernes 11 de octubre sobre las 6:00 P.M. acabó una pesadilla que parecía eterna y a la vez se cumplió un anhelo con el que vivían los más de 40 millones de colombianos. Ese día, a esa hora el árbitro brasilero Paulo de Oliveira señaló el final del partido entre Colombia y Chile disputado en el estadio Metropolitano de Barranquilla, ese día, en ese momento, a esa hora y con el resultado final del partido (3-3) Colombia certificó de forma oficial su regreso a una copa mundial de fútbol de la FIFA.

Sin duda alguna ese es el momento más esperado de todo el año y a la vez el más inolvidable, pero para llegar ahí tuvo que pasar mucho en este 2013 que resultó ajetreado y épico para la tricolor conducida por el argentino José Néstor Pekerman.

Justamente por una decisión del adiestrador argentino el año futbolístico para la selección inició en los Estados Unidos enfrentando a Guatemala, ya que el DT quería “un rival de características similares a Bolivia” rival al que la selección enfrentaría mes y medio después por eliminatorias. Finalmente el encuentro amistoso quedó  marcado por la debilidad del rival, el abultado resultado y la ausencia obligada de Radamel Falcao por lesión a pesar de que viajó a acompañar el equipo. Finalmente el partido terminó 4-1, por Colombia anotaron Jackson Martínez en dos ocasiones, Abel Aguilar y Luis Fernando Muriel y más allá del resultado quedó la buena sensación de que había un colectivo fuerte y con una idea de juego consistente rumbo a lo que vendría más adelante.

El primer gran pasó del 2013 rumbo al mundial se dio el 22 de Marzo, aquel día soleado en Barranquilla en medio de un clima infernal y el apoyo de un Metropolitano repleto la selección Colombia goleó a su par de Bolivia pasándole por encima de principio a fin con goles de Macnelly Torres, Carlos Valdes, Teofilo Gutierrez, Radamel Falcao y Pablo Armero. Aquella tarde en medio de la euforia todo el país gozó y bailó al ritmo de la selección que homenajeó de la mejor forma posible al recientemente fallecido Miguel Calero y que se trepó a punta de buen fútbol, superioridad y goles en los primeros puestos de la eliminatoria. Aquel doblete eliminatorio se completó visitando a Venezuela, esa noche la selección mostró una cara opaca, no logró conectarse en fase ofensiva y cayó derrotado 1-0 siendo figura del combinado patrio el portero David Ospina.

Pasaron casi tres meses para volver a ver a la selección en acción, la fecha señalada era el 7 de junio y el calendario marcaba que se visitaría en Buenos Aires a la selección de Argentina. El momento de la tricolor y la posición en la tabla de ambas selecciones despertó una gran expectativa, no solo en el país sino en todo el continente. Al final el partido quedó 0-0, pero no fue un partido aburrido, por el contrario fue un partido disputado de principio a fin por ambos equipos con la mayor intensidad que resultó marcado por las expulsiones de Cristian Zapata y Gonzalo Higuain y la brillante noche de David Ospina que resultó elogiado inclusive por el mismísimo Lionel Messi. El 0-0 cobró aun mayor importancia con la victoria 2-0 frente a Perú, sin jugar brillante pero siendo efectiva la selección encaminó en este doblete gran parte de la clasificación a Brasil.

Aparte en julio la tricolor resultó tercera en la clasificación FIFA tan solo detrás de España y Alemania, si bien el ranking en algunas ocasiones no refleja el 100% de la realidad futbolística mundial, si es un gran termómetro para medir la actualidad del panorama futbolístico mundial, y ahora indicaba que Colombia se encontraba en un momento excepcional siendo protagonista en el panorama internacional, sin lugar a duda una gran noticia. Para completar el parón eliminatorio Colombia se enfrentó en Barcelona a su par de Serbia en un deslucido y extraño encuentro que finalizó con victoria 1-0, el gol tricolor fue convertido por Fredy Guarín.

Ahora llegaba septiembre y el calendario indicaba que Colombia se enfrentaría a Ecuador y Uruguay, las circunstancias en la que llegaban  los rivales (Ecuador ya no contaba con el fallecido Christian Benítez y Uruguay tenía muy complicada su clasificación), la euforia de la gente y la tabla de posiciones hacían ilusionar con que finalmente se lograría la clasificación, pero diversas circunstancias lo impidieron. Primero, en Barranquilla, el mayor aguacero caído en esa ciudad en los últimos 20 años provocó que el partido arrancara con dos horas de retraso; y en cancha un rival imposible y un terreno de juego imposible hicieron ver a la quizá más opaca versión de la selección jugando en Barranquilla, pero un gol de ese crack de talla mundial llamado James Rodríguez y un penalti fallado por los rivales dejó una victoria más y el cupo a Brasil tan cerca como nunca estuvo. En Uruguay bastaba con un empate para asegurar todo, se logró el objetivo durante 75 minutos, pero la garra charrúa y algunos errores en defensa  provocaron la derrota final 2-0, para algunos fue la oportunidad de oro perdida, para otros el guiño de asegurar el cupo en casa, ante el público que jamás dejó de alentar.

En las semanas transcurridas entre un partido y otro, la ansiedad del pueblo colombiano fue máxima, cuando por fin se dio la lista de convocados para el doblete todos jugaron a ser técnicos, en la semana previa no se habló de nada diferente en colegios, empresas y universidades, la expectativa y emoción era máxima pese a la dificultad del rival, tanta ansiedad, tanta emoción, tanta expectativa recién se frenó el aquel 11 de Octubre sobre las 4 PM, en ese momento todo el país se paralizo frente a la TV y vio como en 45 minutos de terror la ilusión era prácticamente destrozada por 11 australes que provocaron un 0-3 que sorprendió (y para mal) a todos en Barranquilla y en lo largo y ancho de todo el territorio nacional, con el resultado en Ecuador - Uruguay la tricolor aseguraba el cupo en el mundial, pero nadie en el país quería  asegurar el cupo con méritos ajenos, y más jugando en el fortín sagrado de La Arenosa.

Tras el descanso de nuevo se empezó a soñar, la tricolor sin duda salió con otra actitud al campo de juego, y aunque no se jugaba del todo bien si se tenía mucho corazón y mucho amor propio para revertir el marcador, además estaba en cancha quien sería la clave para revertir la situación, quien a pesar de su juventud con su hombría y talento mostró ese día más que en otros de que estaba hecho, en cancha estaba el señor James Rodríguez quien con talento se ha ganado a pulso ser considerado como el sucesor de Carlos Valderrama, e incluso según expertos y veteranos tiene todo para convertirse con el paso de los años en el mejor futbolista de la historia de este país, pues bien James empezó a llevar los hilos del equipo, a pedirla para entregarla de forma magistral, e incluso a provocar penaltis. De sus pies nació el gol de Teofilo Gutiérrez, y además provocó los dos penales que fueron cobrados por Falcao Garcia, allí se paró el tiempo, quizá con el paso del tiempo esta historia se vuelva más épica de lo que ya es y todos TODOS quienes vieron el partido recordarán por más que pasen los años que estaban haciendo, con quien estaban y en donde en el momento del tercer gol, convertido por Falcao quien festejo fundido en un profundo abrazo con todos los integrantes de la selección, aquel abrazo representó el festejo de todo un país que se abrazaba con todos sus ídolos  para festejar. Los últimos minutos del partido fueron trámite y resultaron interminables como pocos, al señalarse el pitido final todo el país estalló en un carnaval de celebración, alegría, euforia y baile teniendo como epicentro el estadio Metropolitano; la noche del 11 de Octubre fue sencillamente mágica e inolvidable, la mejor de los últimos 16 años deportivamente hablando. Días después se cerró la eliminatoria venciendo en condición de visitante a Paraguay con doblete inesperado de ese guerrero patriota como pocos llamado Mario Alberto Yepes y dejando como nota sobresaliente el debút oficial en la selección mayor del pequeño gigante Juan Fernando Quintero quien en 25 minutos de fantasía terminó de enamorar a todo un país de su fútbol colmado de magia y talento.

Finalmente el año futbolístico acabó en Europa, con nuevo uniforme a bordo enfrentando a Bélgica y Holanda, venciendo con autoridad a la primera y sacando un empate a punta de temperamento y sacrificio frente a la segunda, sin duda dos grandes pruebas que mostraron al resto del mundo de lo que es capaz la selección, ya pensando en lo que será el mundial en el que Colombia será cabeza del grupo C enfrentando a Costa de Marfil, Grecia y Japón.

El 2013 dejó a la selección con el sueño cumplido, con un colectivo consolidado y gratas revelaciones que son alternativas más que validas que podrían terminar “colándose” en el mundial (Santiago Arias, Víctor Ibarbo, Juan Fernando Quintero y Luis Fernando Muriel) ahora en 2014 la selección vivirá el momento soñado durante todo el proceso, y tendrá de su lado a todo un país que seguirá soñando con ellos agradeciéndole eternamente por tantas alegrías y emociones vividas en un año inolvidable.