No es mi fuerte expresarme en terminología futbolística, pero sí lo es hablar de las sensaciones que este deporte es capaz de despertar en niños, adultos y mayores. Además, es odioso hablar de comparaciones, y más como la que estoy por hacer.

Hace un par de meses, por esta fecha, empezaba el evento deportivo que más convoca masas a lo ancho y largo del mundo. El mundial de fútbol, desde siempre, ha logrado captar la atención de millones de espectadores. En este marco, los estadios siempre se han visto colmados por decenas de miles de almas, que alientan al unísono al equipo de jugadores que representan los colores de su bandera nacional.

Basta ver nuevamente, las imágenes que son capaces de erizar la piel de cualquier colombiano. Me refiero por supuesto, a la entonación del himno colombiano en los estadios de Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá, Rio De Janeiro y Fortaleza; postales que nos dejó Brasil 2014.

Pero al volver a la realidad del Fútbol Profesional Colombiano, la sonrisa esbozada con las líneas anteriores, desaparece. Estadios vacíos, espectáculo de media talla, terrenos de juego en pésimo estado, peligro y demás, son el motivo para que esto pase. Y es claro que no hay punto de comparación entre un espectáculo con el otro. El mundial es mundial, y el resto nada que ver. No podemos pretender que, con la situación actual del país, el fútbol sea prioridad (aunque lo es).

Y pongo cada escenario frente al otro, no para mostrar cómo somos inferiores al no lograr un suceso de tal talla. Solo quiero que entiendan que una Liga que está entre las veinte más importantes del mundo, debería ofrecer un entretenimiento de gran talla. Por eso lo invito a usted a que enriquezca el espectáculo. 

Si quiere protestar, hágalo, pero no deje de alentar en el estadio a su equipo. No hay cosa más triste que ver equipos de la envergadura de Atlético Nacional, Independiente Santa Fe y Millonarios FC, con más del 50% del estadio desocupado. Apoye a los equipos pequeños que suben a la máxima categoría y que, muchas veces, tienen mejor juego que los grandes.

Solo esa reflexión quería plantearle en su mente. Si usted decide aceptarla o no, es su decisión, pero tenga en cuenta que el fútbol colombiano se lo va a agradecer.

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Sobre el autor
Miguel Fuentes Tibaquira
Comunicación Social-Periodismo UJTL. Bogotá. 21 años. Tenis, fútbol y F1.