El clima en Armenia fue frío, la lluvía que cayó sobre la ciudad quindense durante la tarde y en pasajes del compromiso, produjo que la temperatura bajara dentro y fuera del terro de juego. La cancha no estaba en optimas condiciones y por ello, se firmó un pacto de no agresión en el primer tiempo pero en el segundo, Quindío rompió con la fraternidad en el marcador y se llevó la victoria en el partido de ida, en la Gran Final del torneo de ascenso 2014. 

El pacto de no agresión en la primera mitad

La Gran Final del Torneo Postobon 2014, arrancó con Quindío teníendo la pelota, administrándola y atacando los costados del cuadro cordobés. Sin embargo, los dirigídos por Hector Estrada, reprodujeron la táctica perfecta para contrarrestar los ataques milagrosos: doble línea de cuatro en 20 metros, plantada en el último cuarto de cancha. Presión compacta y reducción de espacios, Quindío se ahogaba mientras atacaba

Los de Prince no bajaron la guardia. Quiñones elaboraba diagonales desde la banda izquierda hacia el centro; en jugada parecida, dicho jugador remató al minuto 18 de partido y puso a trabajar al portero rival. Las bandas se convirtieron en el flanco más visitado por los 'wings' del Quindío

El primer tiempo finalizó con Quindío con la posesión, mayoritaria, de la pelota, con las más claras opciones y calentando el clima dentro del terreno de juego, aunque en el marcador se mantenía el pacto de no agresión

'Milagroso time' 

Aparecieron los espacios, en el segundo tiempo. Quindío salió más agresivo, Jaguares buscó subir sus líneas, aunque los locales rodaban a favor el cuero constantemente. 

Sin embargo, Jaguares controlaba los avances del milagroso, tenía sentido la espera sobre el último cuarto de cancha y tener una salida rápida. Pero llegó el minuto 57 de juego y Quindío rompió el cerrojo en el marcador; Jainer Barreiro tras un cobre de tiro libre, anotó el 1-0. Euforia en el Centenario y la fiesta era de color verde. 

Los Zenues no rompieron el esquema que implantaron desde que arrancó el compromiso, el objetivo estaba sobre la mesa: llevarse la diferencia más corta posible a territorio cordobés; pero la suerte no estuvo de su lado. 

Quindío volvió a incistir y a falta de cinco minutos para finalizar, Jairo Roy Castillo remató desde 20 metros y carburó la segunda diana para los locales. Diferencia duplicada y control del balón: era el 'milagroso time', poco pudo hacer Jaguares ante este equipo que supo encontrar los resquicios para lograr la victoria. 

Al final, Quindío aseguró la ventaja en la serie para visitar el habitat del 'jaguar cordobés'. En Armenia, logró amansarlo pero en Monteria, tendrá que hacer un mayor esfuerzo si quiere alcanzar el ascenso directo a la máxima división del fútbol profesional colombiano. 

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