El estadio Municipal de Monteria, fue testigo de uno de los hechos más sobresaliente del deporte cordobés. Jaguares FC, un club que hace dos años fue fundado como un proyecto local, para incentivar el fútbol en esta zona de la región caribe de nuestro país. Hoy se corona campeón de la Gran Final por el ascenso en el Torneo Postobón, tras vencer 3-0 a Quindío. Ahora Héctor Astrada el directo técnico vencedor, jugadores y directivas, deberán preparar un gran plantel para disputar el próximo semestre su primer campeonato en primera división.

Primer tiempo: un jaguar con hambre de primera.

Wilmar Roldan era el juez elegido para pitar la Gran Final de la ‘B’. El antioqueño dio el pitazo inicial y las emociones se apoderaron del Municipal de Monteria. El local salió con la iniciativa en los primeros minutos, varias fueron las opciones que Jaguares pudo enhebrar contra el área de Quindío, pero el visitante supo neutralizar muy bien las arremetidas de un jaguar que quería morder primero en el partido.

El encuentro marcaba los primeros 15 minutos de juego, Quindío supo aguantar la iniciativa del local y comenzó ha acomodarse en el campo de juego. Yilmar Filigrana y Carpintero, supieron en varias ocasiones armar paredes entre ellos y generar peligro en el área del portero Sánchez, que brilló con varias atajadas ante los atacantes cafeteros.

Solo hasta el minuto 31 el grito sagrado hizo presencia en la calurosa tarde de Montería. Mauricio González colgó un centro preciso al área visitante, que supo encontrar a Jesús Arrieta, este se elevó entre los centrales de Quindío y facturó un fuerte testarazo para enviar el esférico al fondo de la red. 1-0, mordía el jaguar, pero aún debía encestar otro mordisco para emparejar la serie.

A falta de poco para terminar el primer tiempo, Jaguares elaboró una serie de toques que dejó en zona de remate a Juan Mezu y el ‘moreno’ no desaprovechó y mandó un disparo poco potente desde afuera, que el portero Meza no pudo encajar de buena forma y vio cómo la pelota se metía lentamente en su arco. Así, fue el 2-0 de Jaguares, la segunda mordida de un jaguar, que cumplió con la tarea de empatar la serie. Ahora, el 'gigante felino' tenía hambre de un gol que llevara a primera.

La derecha divina de Saldaña y la mano salvadora de Sánchez

Los 45 minutos finales de la Gran Final por el ascenso iniciaban y el juego fue muy diferente al que se vio en la primera parte. Ambos equipos se veían tensos y no querían regalar ninguna opción, lo cual llevó a que naciera el juego brusco y el exceso de faltas. A raíz de esto, en el minuto 49 vio a su primer expulsado. La figura de los cordobeses, Jesús Arrieta, perdió los estribos y agredió con un cabezazo a un jugador de Quindío, y de forma irresponsable dejaba a su equipo con diez hombres en el campo.

La falta de Arrieta en punta, obligó a los locales hacer varias modificaciones en módulo táctico y esto negó que Jaguares lograra cuajar opciones de ataque, cosa que sí hizo Quindío en varias ocasiones, pero sin muchas eficacia.

Jaguares se reguardaba en defensa y buscaba en los contraataques o cobros de pelota quieta, las opciones más claras para llegar con peligro al área cafetera. Esta última opción fue la polvora que hizo explotar a toda la afición del joven equipo cordobés. La defensa cuyabra cometía una falta en las inmediaciones del pórtico de Meza y Leonardo Saldaña pidió la pelota, la acomodó, dio cuatro pasos hacia atrás, respiro y esperó el silbato del central. Roldan dio la señal para el cobro, Saldaña tomó impulso y con un remate esquicito de zurda encajó su remate en el palo izquierdo de Meza.

El tercero rugido del Jaguar fue el que más se sintió en el Municipal, tanto que hizo traer una lluvia torrencial, que se quedó para disfrutar de los 20 minutos finales de juego.

El epílogo del partido fue testigo del nacimiento de una figura. Ramiro Sánchez, se puso la capa de superman y voló de palo a palo, para decirle “¡no!” a los remates de los delanteros de Quindío, que poco podían hacer ante semejante trabajo del joven portero.

Roldan pidió la pelota luego de otra atajada de la figura Sánchez y elevó sus brazos al aire, y decreto el final del partido. Dando vía a una fiesta por parte de los muchachos de Jaguares que luego de un año largo de trabajo, victorias, derrotas, momentos difíciles y lecciones. La diosa del fútbol les regala la alegría máxima para un equipo de segunda. El ascenso a Primera