En el Estadio Atanasio Girardot se definirá el ganador de la guerra entre el Deportivo Independiente Medellín y el Deportivo Cali, quienes ya midieron fuerzas el pasado miércoles en el Estadio Palmaseca, en un partido que terminó en victoria verdiblanca por la mínima diferencia, 1-0.

Esta guerra, disputada por veintidós honorables guerreros, no se trata de riñas entre hinchas, ni agresiones xenofabas, y mucho menos agresiones físicas ni verbales entre los protagonistas. Esta final es considerada una guerra, porque está disputada por jugadores aguerridos, que lo dejan todo en la cancha por el escudo, por la hinchada, por una estrella más, que tienen grandes cualidades que engrandecen el nombre del Fútbol Profesional Colombiano.

El Cali ganó una batalla, pero no la guerra

Con un batacazo de Harold Preciado al minuto 16 del partido, el Deportivo Cali se puso por encima en el marcador. Aunque el conjunto de la capital del Valle del Cauca tuvo varias oportunidades claras de gol, las desaprovechó. Esto podría pesarles en la culminación de esta final, debida a la corta diferencia que pudo sacar en su tierra.

El Gladiador del equipo, Andrés Pérez, jugó un papel fundamental en esta primera batalla, tras la ausencia de uno de los experimentados del plantel, Cristian Nasuti, por problemas musculares, el capitán del equipo tuvo que poner el orden en el juego desde el centro de la cancha. Como dijo el comandante Fernando Castro: "En la cancha él es quien dirige el equipo, uno está desde afuera corrigiendo".

Ahora, tendrá que cerrar la eliminatoria como visitante por primera vez en estos playoffs en un territorio que para los visitantes es un infierno, como lo es el Atanasio Girardot. La hinchada del equipo contrario podría jugar un papel clave en la conclusión de esta guerra, por lo que el comandante Castro tendrá que preparar bien a sus jovenes guerreros para que su rendimiento no se vea afectado por este factor.

El Medellín quiere remontar la guerra en casa

Foto: @ElPoderoxoDIM

El Independiente Medellín no pudo sacar tan siquiera el empate, que se vio posible al final del partido. Sin embargo, mucho mérito de esta igualdad es del arquero Anthony Silva, quien estuvo impecable en su trabajo como guardameta y como líder.

Ahora, con la obligación de ganar por al menos un gol para forzar una serie de penales, el Deportivo Independiente Medellín tendrá que encomendarse a sus máximas figuras para lograr remontar esta guerra.

Para los paisas, jugarán un papel determinante sus once guerreros dentro de la cancha. Sin embargo, también tendrán que apoyarse en su jugador número doce, la hinchada, con el fin de que la motivación crezca, y al rival se le sea más difícil librar la batalla.