Mario Yepes tuvo que improvisar para este partido, dejo a Abel Aguilar en el banco de suplente y descartó por lesión a Harold Preciado. Con estas novedades se aprestaba para enfrentar al Atlético Junior.
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El mariscal utilizó el siguiente once inicialista: Camilo Vargas en el arco; Helibelton Palacios y Luis Manuel Orejuela por las bandas y como centrales Juan Sebastián Quintero y Germán Mera.
En la línea de contención alineó a Andrés Pérez y Daniel Giraldo, dejando como reserva a Abel Aguilar. Más adelante, junto a Mayer Candelo y Fabián Sambueza.
Para el frente de ataque, Nicolás Benedetti era el encargado de hacer dupla de ataque junto al chileno Ronnie Fernández.
En la primera parte, se vio un cuadro azucarero con mucho vértigo y despliegue ofensivo, sin embargo, las jugadas no se concretaban por falta de puntería en la última jugada. De hecho, el gol lo marca un defensor y en pelota quieta. El rival tenía mucho poco para ofender, pero se rebusco varias opciones para inquietar el arco.
Se notó fisuras en defensa, en la zona defensiva se dejan espacio entre líneas, que son bien aprovechados por los rivales y les permite recibir y disparar de forma directo frente al arco defendido por Vargas.
En el segundo tiempo, las posturas fue netamente ofensiva, ambos equipos trataron de llegar e inquietar los arcos rivales, el Cali tuvo una opción de penal que desperdicio y hubo otras llegadas que por mala definición no permitieron que se aumentara el marcador.
En defensa, tuvo que soportar las llegadas inquietantes de los delanteros rojiblancos, Clemente Palacios y Leiner Escalante, cada vez que podían causaban estragos en la defensa caleña.
Yepes hizo dos cambios para reforzar el ataque y le dieron resultado, en el caso de José David Lloreda marco el segundo tanto de los locales y pondría cifras concretas al marcador a favor de los verdiblancos. El Cali sigue vivo y deberá ganar en Montería para tener opciones de pelear por un cupo a los playoffs.