Deportivo Independiente Medellín cosechó hace pocos días su sexta estrella en el Fútbol Profesional Colombiano, la cual le fue esquiva por siete años. Fueron varios los jugadores que mostraron un nivel destacado a lo largo del semestre, entre ellos algunos viejos campeones que querían llenar de experiencia el camerino Rojo y lograr así la consecusión del título.

Tal es el caso de Luis Carlos Arias, quien ya había ganado una estrella con el DIM en 2009, justamente bajo la dirección de Leonel Álvarez. De igual forma, dos partícipes del título del DIM en 2002 después de 45 años de sequía: David González y Mauricio Molina, precisamente este último volvió tras más de 10 años haciendo las veces de trotamundos.

El penúltimo día del año pasado, el artífice de la segunda estrella Poderosa volvió a la institución con 35 años, varios títulos en su palmarés y la ilusión de volver a ser campeón.

"Yo tengo mucha confianza en que puede venir (la sexta), veo a un equipo muy comprometido, con muchas ganas, que individualmente ha subido mucho su nivel y se ve reflejado en la respuesta colectiva. Podemos ir por esa sexta", había afirmado el antioqueño para DIM TV cuando recién había llegado al club, y cumplió con su palabra.

Por más que no fuera aquel jugador que desentonó en la Liga durante 2002 y tuvo los ojos del continente encima en aquella Libertadores del 2003, en la cual Medellín fue semifinalista, Molina llegó al camerino del elenco paisa para motivar a los jugadores jóvenes y aprovechar su experiencia para resolver partidos complicados.

Tal parece que a las directivas del DIM les dio resultado la estrategia de utilizar jugadores veteranos como principal motivación para el resto de la plantilla y para asegurar la senda victoriosa de cara al sexto título liguero.

En el caso del mediocampista, solo necesitó tres fechas para afinar puntería y marcar su primer gol tras su regreso, de tiro libre contra Envigado en el estadio Polideportivo Sur; y solo bastó un semestre para lograr el objetivo que trajo en su maleta desde Corea.

El 19 de junio, seis meses después de su vuelta, Molina habló para los medios de comunicación: "Me lo imaginaba cuando iba a volver, me lo soñaba así, aportando al equipo y siendo importante. Hoy estoy regresando y puse mi granito de arena para que el equipo fuera campeón".

"Cumplí el último sueño que tenía como futbolista".

Y es que entre lágrimas el jugador expresó su felicidad por hacer parte de la nómina que le devolvió la gloria al Deportivo Independiente Medellín, tal como lo hizo en 2002, cuando en medio de su juventud sentenció la llave frente a Deportivo Pasto y se hizo inolvidable para la historia del club.

Además, ayudó a que el DIM se metiera por primera vez a las semifinales de la Copa Libertadores, siendo él el encargado de devolverle la ilusión a la hinchada con un gol a diez minutos del final, para euforia de los 50 mil asistentes al Atanasio y para volver a meter al partido a un equipo que no logró el pase, pero que no se rindió ante el Santos de Brasil.

Ahora, el volante sigue su puesta a punto para el inicio de esta nueva edición de la Liga Águila y para mostrar su mejor nivel en la Copa Sudamericana y, por qué no, para tener una revancha con la historia en la Libertadores 2017.