Hay quienes dicen que el fútbol es totalmente ajeno a quines lo rigen, pero se equivocan. Si las cosas no andan bien en lo administrativo, en la cancha será igual. Automáticamente lo que se haga o se deje de hacer en la oficinas de un club se verá reflejado en el rendimiento del equipo y Millonarios no es la exepción.  

Todo parecía color de rosa cuando Millonarios ganó, en 2012, la estrella número catorce de su historia. Luego de una sequía de 24 años sin dar la vuelta olímpica, todo era armonía en el equipo de la capital. La hinchada olvidó por un rato esos tortuosos años de sufrimiento y numerosas crisis, que daba la sensación, no volverían más.

El año siguiente fue positivo. Millonarios alcanzó los cuadrangulares finales de ambos torneos y la final de la Copa Postobón, en la cual cayó ante Atlético Nacional. La era de Hernán Torres terminó a final de año, al tiempo que Felipe Gaitán renunció al cargo como presidente de Millonarios. 

Para el 2014, Millonarios apostó a un nuevo proyecto encabezado por el español Juan Manuel Lillo en la dirección técnica y Juan Carlos Saldarriaga en la presidencia quien renunció 35 días después. Las críticas se hicieron presentes hacia el DT español incluso antes de que firmara con el equipo capitalino. Al estratega le costó al comienzo, pero finalmente terminó guiando al equipo al segundo puesto de la tabla. Millonarios fue eliminado en semifinales por penales ante Junior de Barranquilla. 

Lo impensado llegó: la crisis. Para el segundo semestre del año salieron más jugadores de los que llegaron. Millonarios afrontaría tres torneos y a la nómina corta se le sumó la falta de refuerzos. 'Los Embajadores' tuvieron una pésima actuación en Copa Postobón y Copa Sudamericana, donde fueron eliminados en primera ronda. En la Liga Postobón las cosas no fueron mejores y actualmente el equipo se encuentra decimoquinto en la tabla con 10 puntos y apenas dos partidos ganados en diez fechas. 

Luego de 3 meses y 12 días sin presidente, Millonarios confirmó a Enrique Camacho en el cargo. 

Juan Manuel Lillo fue despedido por los malos resultados y ahora, un viejo ídolo de Millonarios, Ricardo Lunari, intentará recuperar al equipo de sus afectos. Con una derrota ante Santa Fe, un empate ante Junior y más de lo mismo empezó la era Lunari. Los hinchas azules ya no saben a quién culpar. ''Los jugadores ya no corren'' o ''la junta directiva está llena de ladrones'' son algunos de sus argumentos. 

Y sí, la falta de compromiso por parte de algunos jugadores de Millonarios es evidente cuando saltan a la cancha. Algunos ''ya no corren'' y a simple vista escasean de ganas para superar este trago amargo que vive el club. Amor o por lo menos respeto a la camiseta y salir a cada partido como si fuera el último debe ser el primer encuentro que tiene que ganar el DT argentino. Eso se puede observar desde lo deportivo. 

Desde lo administrativo, en mi opinión, se nota una pasividad incomprensible por parte del presidente y la junta directiva a la hora de tomar decisiones que conciernen al avance positivo club. Además de temas económicos y accionistas (Millonarios se encuentra también en una crisis financiera).

La crisis futbolística de Millonarios se prolongó a 13 partidos sin ganar (no gana hace 59 días) y la pregunta es: ¿Quién o quiénes son los culpables? ¿Los jugadores que ya no corren, la junta directiva o el presidente? Saquen sus conclusiones.  

Millonarios ha salido de peores...