Treinta mil almas azules coparon el estadio El Campín vestido de gala para ver de nuevo a Millonarios en la fase final del fútbol colombiano, donde el espectáculo de las luces en las tribunas fue el tributo a nivel estético para un grupo de jugadores que partido a partido retribuyen la admiración de sus fanáticos con entrega, sentido de pertenencia por la institución y mejor aún, goles. Con los tres de la noche del jueves son ya 40 anotaciones para el equipo que vence más resistencias en el fútbol colombiano.

Del otro lado de la barrera se encontraba Envigado, equipo que bajo la dirección técnica de Juan Carlos Sánchez recuperó la impronta del buen trato del balón a través de la posesión y como mayor fortaleza, la solidez defensiva que le sirvió para encumbrarse en el segundo lugar del campeonato y clasificarse anticipadamente a las finales.

​El primer cuarto de hora del partido pareció ser una extensión del clásico del pasado fin de semana, con un equipo local desbocado hacia el juego ofensivo con el afán de conseguir rápidamente un gol que rompiera la muralla propuesta por el cuadro naranja, sabiendo que cada minuto que pasara sin goles era un minuto más en que la visita ganaría en confianza, haciéndola más difícil de vencer.

30.000 hinchas azules asistieron al Campin. Foto: As Colombia

El gol del Federico "El Pocho" Insúa, tras un claro penal no pitado por Ímer Machado a favor de los embajadores, hizo creer que el espectáculo de fútbol brindado por los azules se extendería con mayor fluidez. Sin embargo el exceso de confianza producido por la clara superioridad sobre el rival, le fue en contra a los dirigidos por Lunari, quienes equivocaron las rutas y comenzaron a desperdiciar opciones de gol.

Cada grito de gol ahogado en las gargantas de los hinchas, significaba una mayor motivación para Envigado, que comenzó a perder el miedo escénico del inicio y se hizo de la pelota, desplegando el juego que lo llevó a ser uno de los líderes silenciosos del campeonato.

Aquellas tardes donde Nicolás Vikonis era figura, desactivando las jugadas de riesgo de la visita con atajadas espectaculares, volvieron una vez más, comenzando hacer presa de los nervios a propios y extraños, que bien sabían que un gol de diferencia no era suficiente para ir a tierras antioqueñas.

La segunda mitad mostró a la mejor defensa, confundiendo cada vez más al mejor ataque, haciendo el partido trabado y espeso, ni los lujos de David Silva, quien de nuevo volvió a brillar con luz propia en el equipo azul, parecían ser suficientes para vulnerar al equipo paisa.

Foto: As Colombia

Finalmente de nuevo el "as bajo la manga" de Lunari encontró efecto, Mayer Candelo y Maximiliano Núñez, entraron frescos para destrabar un juego que ya hacía prever a los más escépticos sobre un duro partido de vuelta.

El blooper entre el arquero Bréiner Castillo y su defensa central permitió que el héroe de la noche, Fernando Uribe, pusiera el segundo gol, un segundo gol que pareció terminar con las esperanzas de Envigado, que confiaba hasta ese momento en por lo menos perder por la mínima diferencia, y que por el contrario encumbró a Millonarios en pro de la goleada.

El tercer y cuarto gol demostraron que los estados de ánimo son fundamentales en el trámite final del resultado. La experiencia de los jugadores azules, rebasó el espíritu combativo y orden táctico de la juventud naranja. Un 4-0 final asomó en el tablero de la lateral norte en el Nemesio para un público exultante tras un resultado que a 15 minutos del final parecía irrisorio.

Foto: As Colombia

Lunari sigue ganando la pulseada a los detractores de sus cambios anunciados, cuando lo anunciado sigue dando frutos no hay que cambiarlo, como tampoco el estratega argentino modificó ni modificará la nómina títular, esperando los regresos solamente de Machado, Agudelo y Vargas.

Bien lo dijo el técnico envigadeño en la rueda de prensa: "Nosotros no contamos con el lujo de tener a dos cracks como Candelo y el delantero argentino en el banco" , ese lujo es el que a Millonarios le permite tomar a los rivales desgastados para solucionar la papeleta.

El próximo domingo Millonarios visitará a Envigado, con el vivo recuerdo de aquellas semifinales del 2011 cuando en Barranquilla se dio vuelta un resultado favorable similar para terminar eliminado desde la tanda de penales. Bien es cierto que no son los mismos protagonistas ni el mismo rival, pero si de algo sirven las malas experiencias es para no repetirlas y por el contrario, el azul tiene que salir si o si a ganar para guardar la esperanza de cerrar una hipotética llave semifinal como local.