Rey destronado, Nacional eliminado

Atlético Nacional terminó su participación en la presente edición de la Copa Postobón tras su derrota por 2-0 ante Deportes Tolima. Los dirigidos por el técnico Juan Carlos Osorio no supieron dar vuelta al valioso empate que el conjunto 'pijao' había arrebatado en su visita al Atanasio Girardot y terminaron a la deriva ante un gran planteamiento de su rival.

El arranque del partido reflejó lo que se tenía presupuestado en la previa: un duelo bastante peleado en la mitad de cancha, con más intención que acción y con más lucha que ideas. No en vano la primera gran emoción del encuentro tuvo que ser esperada hasta el minuto 13 de juego, cuando Héctor Acuña combinó con sus compañeros en ataque para luego sacar un disparo que pasó cerca del arco defendido por Christian Vargas.

Nacional  espabiló y salió con determinación a buscar el resultado que los clasificara a la siguiente ronda. El onceno visitante traía una destacada racha de 11 juegos sin caer en condición de visitante, de los cuales cinco de ellos habían resultado en victorias. La estadística y la historia daban para una remontada por parte del 'Verde de la montaña', sin embargo, el estadio Manuel Murillo Toro tenía algo más para contar.

Corría el minuto 35 cuando el partido ingresó en su punto definitivo. Wilder Guisao se adueñó de la banda derecha entre serpenteos y gambetas. El '18' terminó sacando un centro raso que Jonathan Copete definió con un estético tacón; iba para gol de la fecha. El balón se estrelló en el palo y el arquero tolimense lo recogió. Rápidamente, Burián puso de nuevo el esférico en juego y el equipo local desplegó un contragolpe letal que derivó en una falta en el área de Henríquez sobre Ibargüen. Breyner Bonilla transformó el penal en gol y, a partir de ese momento, la serie no tuvo otro dominador que no vistiera los colores vinotinto y oro.

Para la segunda mitad, Osorio sustituyó a Calle por Nájera y reacomodó la parte de atrás de su equipo, de manera que Bocanegra tuviera más libertades en esa transición defensa-ataque. Varias llegadas se gestaron por parte del conjunto visitante, pero ninguna logró ser concretada en las red del contrincante. Con el ingreso de Luis Páez, Nacional uso todas sus cartas a lo que se conoce como ''empatar o morir en el intento'', dejando grandes vacíos entre líneas y una estructura defensiva totalmente descompensada. La apuesta pasó de ser 50/50 a un all-in en un abrir y cerrar de ojos. El resultado posterior sería de todo, menos sorpresivo.

Tolima se defendió bien, explotó las bandas y, por medio de sus hombres más veloces, logró transformar la necesidad de su rival en una virtud propia. Ibargüen, el pequeño atacante que a la postre sería elegido como figura del encuentro, se agigantó en el área y, con gesto técnico incluido, desató la descomunal alegría del público por segunda vez en el partido. El resto de la historia se hizo trámite. Todo parecía liquidado. Nacional, el 'Rey de Copas' de Colombia, estaba siendo destronado.

Al final hubo discusión entre los jugadores de ambos equipos luego de que Acuña quemara, tendido en el suelo, los últimos cartuchos del enfrentamiento. Alberto Gamero, entrenador del Tolima, ingresó al campo de juego y evitó que el alegato pasara a mayores. Con toda razón. No podía permitir que un altercado se quedara con la atención que tanto su estrategia como sus muchachos merecían. A Nacional no lo eliminaban antes de la final de un torneo local desde hacía dos años. Gamero tumbó tal registro y merece ahora disfrutarlo.

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