El 19 de julio de 2014 fue un día oscuro para Atlético Nacional cuando Jefferson Duque se tuvo que retirar de un clásico paisa contra Independiente Medellín, al instante la preocupación fue total. No era desconocida la lesión sufrida por el goleador en el 2012, quien, cuando pasaba por su mejor momento, se rompió los ligamentos y tuvo que pasar seis meses fuera de las canchas, la historia se repetía.

Nacional tuvo que enfrentar el campeonato clausura, la Copa Postobon y la Copa Sudamericana sin su delantero estrella, su delantero devorador. El peso que imponía Duque se sintió más de lo que parecía y los goles fueron algo que a Nacional le hizo mucha falta para poder conseguir algún título en el último semestre del año pasado.

Afortunadamente el tiempo pasa y las heridas sanan, ahora Jefferson Duque es, según sus hinchas y admiradores: “el mejor fichaje de Nacional en 2015”, esto llena de ilusión al delantero que cuenta los días para poder volver a meter la pelota en el arco rival y así llenar de ilusión y alegrías a la hinchada que tanto lo respalda.

La herencia del dorsal 9

Algo que sorprendió en el primer entrenamiento del elenco paisa fue que Jairo Palomino, uno de los refuerzos para el 2015, llevaba consigo el dorsal con el número 17, el típico y reconocido número de Duque, fue para el asombro y agrado de los hinchas ver más tarde que Duque había cambiado su dorsal por el número 9, un dorsal típico de un ‘killer’ de área.

Jefferson seguirá con el legado que dejo Juan Pablo Ángel que a pesar de no haber disfrutado de muchos minutos, fue un total referente de cara al arco.

Así, sólo queda esperar los dos meses restantes para poder ver de nuevo a Jefferson Duque ‘devorando’ el área rival.