El pecho de Copete y la puntilla de Duque clasificaron a Nacional

Con el sol como secuaz en un calor criminal, la mañana antioqueña reunió a Atlético Nacional y a Santa Fe para luego atestiguar un atípico partido, tanto en horario como en trámite. Los dos únicos representantes colombianos en la Copa Libertadores prometían, por su calidad y su urgencia de resultados en el rentado local, un duelo entretenido, pero el correr de los minutos mostró todo lo contrario. 

El presente de los jugadores que fueron citados para el compromiso impidió que el juego se desarrollara con fluidez. Desde el pitazo inicial, el tiempo corrió lento, al ritmo de las trancisiones de una y otra escuadra. Por momentos parecían estudiarse y en otros, cuando por fin tomaban armas para dañar el armazón contrario, la pésima condición futbolística fue en contravía de sus intenciones.

Tuvieron que pasar diez minutos para que Hárrison Otálvaro, tras un estupendo pase de Farid Díaz, se encontrara frente a frente con la humanidad de Leandro Castellanos, quien, con un veloz achique, supo desviar su insípido disparo. El conjunto local se adueñó de la posesión y provocó en repetidas ocasiones la equivocación del rival, aunque, con el balón en su poder, el peso de la obligación fue mayor que sus ideas.

Peleado en el mediocampo y con posesiones inofensivas, así se puede resumir un primer tiempo donde, hasta la media hora de entrada, lo más llamativo fue el choque entre Pablo Velázquez y el guardameta albirrojo, quien quedó a puertas de la tempranera sustitución. Los minutos restantes transcurrieron entre el hincha que ingresó al campo, el penal no cobrado a Orlando Berrío y el cabezazo que Jonathan Copete mandó por encima del travesaño.

La tónica en el arranque de la segunda parte cambió en sentido de un Nacional más profundo, más intenso, con más apetito de victoria. Su postura ofensiva se tradujo rápidamente en el marcador cuando Copete, a ocho minutos de haberse reanudado el encuentro, conectó con su pecho un envío desde el costado derecho de Berrío. La incursión por la banda comenzó a ofrecer réditos al onceno paisa.

Con la ventaja a su favor, el Verde de la Montaña manejó la pelota a su gusto, con la misma idea de los primeros 45: contener al adversario y conducirlo al error. Juan Carlos Osorio apostó por Jéfferson Duque y la Fiera, fiel a su costumbre de facturar frente al León, sentenció el pleito con su puntilla a la salida de Castellanos. Mención especial para Otálvaro, cuya asistencia lo exculpó por un instante de los pecados del semestre.

En últimas, Nacional consiguió en su fortín un triunfo con una trascendencia mucho mayor a la que los tres puntos podrían otorgarle. Después de tres juegos sin ganar y sin anotar un solo gol, el Verdolaga obtuvo su pase a los play-offs de forma anticipada y, con un peso menos encima, podrá concentrarse en la próxima batalla de su bélico calendario: revertir el 2-0 contra Emelec en Copa.

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