El Nacional del 2015-II llega a la mitad del campeonato de este semestre con sensaciones encontradas y de alguna manera extrañas desde diferentes aspectos.

Un equipo que es segundo en la tabla de posiciones tras disputar ocho partidos de los cuales consiguió 17 puntos de 24, cualquiera pensaría que tuvo un muy buen arranque y que debería ser uno de los favoritos del título. Sin embargo, el cómo se consiguieron esos resultados no necesariamente refleja el nivel futbolístico de un equipo y esto es lo que pasa con el Nacional de Rueda.

La temprana eliminación del verde en la Copa Águila frente al Junior dejó con un muy mal sabor a la hinchada verdolaga, no solo porque el equipo únicamente está disputando un torneo en todo el semestre (situación que no pasaba hace mucho) y por otro lado el cómo quedó eliminado en aquella serie, inquietó bastante por la forma timorata con que Nacional defendió una corta ventaja de 1-0 que al final terminó perdiendo. Hasta antes de esa eliminación, Nacional se veía como un equipo sólido en defensa y eficaz en su fútbol ofensivo, pero después de ese golpe ha habido un descenso evidente de rendimiento tanto mental como futbolísticamente.

Obviamente Reinaldo Rueda no iba a apelar a la rotación de Juan Carlos Osorio como ya estaban acostumbrados la plantilla de jugadores, pero precisamente esa repetición de nómina que se ha visto durante los últimos partidos han hecho que los rivales de Nacional poco a poco empiecen a predecir el fútbol que practica el equipo y a tomar precauciones que terminan siendo efectivos para ellos.

No se entiende que el técnico dijera en la rueda de prensa después de la derrota frente a Once Caldas, que el equipo no podía ser "Macnellydependiente" cuando vemos cada vez más que si el jugador barranquillero no juega bien un partido, el equipo se resiente y mucho. Hoy por hoy, el fútbol ofensivo de Nacional tiene que pasar por los pies del 10 del equipo y si no es así, empieza a apelar a los pelotazos o a tratar de romper por las bandas y eso es precisamente lo que preocupa en el próximo clásico paisa con la ausencia de Torres por estar en la Selección Colombia.

Desde los últimos momentos de la era Osorio, se notaba mucho que Nacional solamente estaba jugando bien contra equipos que dejan muchos espacios en defensa y que son explotados, pero a la hora de jugar contra equipos muy cerrados, no hay alternativas que solucionen esos obstáculos. Por eso el verde venció a Águilas y a Pasto con planteamientos defensivos flojísimos de ellos, mientras que se empató con Medellín y se perdió con Once Caldas que montaron dobles líneas de 4 muy cerrados e impenetrables.

Ahora, muchos dirán que la solución principal es jugar bien y tener la mayor posesión de pelota, pero el fútbol de hoy en día hace rato que no está apelando a eso. Es cierto que jugar bien y adueñarse del balón aumenta las posibilidades de ganar, pero no necesariamente garantiza que eso se vuelva realidad siempre, y más que últimamente estamos viendo muchos equipos campeones en Colombia y el mundo que priorizan más a la defensa, los contragolpes y sobre todo la efectividad de las pocas opciones de goles que crean, y que terminan ganando partidos definitivos.

Nacional y en general el resto de los equipos colombianos, deberían poner más atención al trabajo de la definición en los atacantes, porque cada 2 ó 3 partidos estamos viendo errores de delanteros que definen debajo del arco y la terminan sacando de la tribuna. El momento de los delanteros del equipo verdolaga es preocupante, con un Jefferson Duque queriendo ser pivoteador cuando ese no es su trabajo sino el del 9 clásico, un Orlando Berrío que hace rato no explota adecuadamente las bandas, un Luus Carlos Ruiz que pivotea bien pero que no define de la misma forma, y unos Yimmi Chará y Andrés Escobar que son grandes gambeteadores pero que les cuesta finalizar llas jugadas o hacen unas de más.

Vamos a ver qué hará el técnico Rueda cuando Nacional juegue por primera vez sin Macnelly Torres y en una prueba de fuego en el clásico paisa con un estadio lleno de rojos, suponiendo que Yulián Mejía debería ser el reemplazo de Macnelly pero que inentendiblemente el adiestrador le ha dado muy pocos minutos a este 10 reemplazante, sumado también a la inentendible actividad de Alejandro Guerra que podría darle un aire diferente al mediocampo verdolaga.

En conclusión, el Rey de Copas necesita mejorar mucho el tema de definición y no ser predecible con un solo estilo de juego ofensivo sino tener alternativas de ataque, ya sea aprovechando las virtudes individuales de los jugadores o también proponiendo una forma de juego según el planteamiento defensivo del rival con el fin hacer daño.

Por ahora Nacional va por buen camino, pero si el campeonato terminara el domingo sería muy difícil salir campeón con este fútbol mostrado, por eso se necesita trabajar más y sobre todo, que el profe Rueda termine de entender a toda la plantilla que tiene a su disposición para sacarles el máximo provecho y tener un conjunto más sólido para pelear el campeonato.