Dicen que el verde es el color de la esperanza, pues ahora es el tono con el que se asocia el mejor fútbol de esta fase de grupos de la Copa Libertadores 2016. Atlético Nacional tiene una obsesión por volver a conquistar el continente y parece que este año tiene grandes opciones de lograrlo. 

Reinaldo Rueda prosiguió la historia que Juan Carlos Osorio logró devolverle al equipo antioqueño, la ambición por volver a figurar en el plano internacional. Además de una meta, es una realidad con la que goza cuerpo técnico, jugadores, directivos y los hinchas que con orgullo, sacan pecho y fantasean con volver a revivir el apodo del "Rey de Copas colombiano" ganado por el equipo de 69 años de historia. 

Y es que este momento da para soñar, si bien el grupo no ha sido de gran nivel en lo fútbolístico, a priori, hablar de Peñarol, Sporting Cristal y Huracán remontan a tener respeto, estos tres rivales han tenido un pasado reciente lleno de distinciones y en un torneo como la Copa Libertadores cualquier equipo que se enfrente tiene sus pergaminos y no le van a facilitar la tarea.

Nacional juega y gana bien, como lo dijo Franco Armani al final del juego ayer "somos un equipo que en cualquier cancha juega igual", así, sin complejos, sin especular, siempre en procura del resultado. Salvo el partido en Ibagué donde creo que Nacional jugó el peor partido del semestre (hasta ahora su única derrota en el año), supo Rueda corregir los errores y volverse un rival peligroso. 

Nacional vive el mejor arranque de la Copa Libertadores, los verdes ya están en Octavos de final.

Una de las cosas que más le costaba al equipo era plantear los partidos ante un conjunto que especulara y saliera a amarrar el resultado, Peñarol tanto en Medellín como en Montevideo quiso encerrarse y llenar el largo de la cancha con jugadores, pero el talento que tiene Nacional hace romper defensas férreas y diluir esquemas ultradefensivos. El nivel de Víctor Ibarbo y Sebastián Pérez están un escalón por encima del resto. Si bien, Marlos Moreno no brilló como en otros partidos, el juvenil sigue con el desparpajo y el atrevimiento de su edad, combinado con la madurez y frialdad de un jugador que llevara más de una década en el profesionalismo.

A simple vista, Atlético Nacional es un equipo que agrada al espectador, el talento y el buen momento de los jugadores amalgaman un éxtasis y alimentan el sueño de una de las hinchadas más numerosas de Colombia "volver a ser campeón del continente". 

El tiempo lo dirá si la capacidad mental del equipo soporta los elogios que vienen de todos lados, unos con buena intención, otros para desestabilizar. Allí es cuando los buenos equipos quedan en un lindo recuerdo, pero la historia consagra a los mejores.