"Gloria continental", rezaba un mosaico realizado en las tribunas del Atanasio Girardot. Y se materializó en el campo, pues los hinchas del Nacional festejaron en casa la consecución de su segunda Copa Libertadores de América.

A las 7 y 45, Néstor Pitana dio inicio a la final de la Copa Bridgestone Libertadores, la misma que esta noche sería levantada por vez 57.

Cuando apenas iban 21 segundos, Miguel Ángel Borja tuvo el primer gol para los colombianos, pero el disparo se le fue por encima del larguero y mantuvo la paridad en el marcador.

A los cinco minutos de partido, Mina, el autor del gol del empate en el partido de ida se sintió tras un golpe y tuvo que ser atendido. Sin embargo, fue cuestión de segundos para que regresara a ayudar en defensa.

Y solo fue esperar hasta los ocho para que Atlético Nacional comenzará a soñar con su segundo título de Copa Libertadores. Miguel Ángel Borja, el mismo que fue figura en las semifinales, cazó un rebote en el área para alegría de los hinchas del Verdolaga que acudieron al máximo escenario del fútbol antioqueño.

El exjugador de Cortuluá continuaba así un idilio con el gol, pues, aunque llegó al plantel apenas desde las semifinales, ya acumulaba cinco goles en el torneo, a uno de los máximos goleadores de Independiente del Valle.

Del otro lado, el cuadro visitante no oponía mayor resistencia, parecía la repetición del primer tiempo en Quito, donde Nacional proponía y los ecuatorianos se limitaban a frenar embates ofensivos y esperar que no se ampliara el marcador en contra.

La hinchada de Atlético Nacional jugaba su partido desde la tribuna, y sí que rendía frutos, pues eran evidentes la presión y los nervios debajo de la camiseta de los jugadores de Independiente del Valle. Pablo Repetto, disgustado, veía desde la zona técnica cómo su equipo estaba lejos de mostrar el fútbol esperado.

Y en media hora, los locales pudieron finiquitar la serie desde el primer tiempo, en primera instancia con un disparo de Macnelly Torres que el portero salvó milagrosamente y luego con un rebote que casi alcanza Orlando Berrío, pero la jugada terminó en la simulación de falta en el área.

Borja estuvo a punto de conectarse con la red por segunda vez en la noche, pero esta vez fue la defensa la encargada de salvar y evitar un KO. Nacional era una máquina en ataque, apoyada por la displicencia rival. 

La más clara de la visita cayó a los 35 minutos, cuando José Angulo mandó un disparo por encima del palo protegido por Franco Armani. A pesar del fallo, eso le proporcionaba un poco de calma al barco que se sacudía en medio de un mar embravecido.

Sin mucho por agregar en los últimos diez del primer tiempo, los jugadores se fueron a las duchas, con el fin de reponer energías y recibir alguna charla por parte de sus respectivos técnicos.

A las 8:48 de la noche paisa el segundo tiempo comenzó y la visita por poco empata el marcador, decidida a mostrar más carácter en la segunda mitad, tal como lo hizo en el resto de las eliminatorias de la actual copa.

Un penal en movimiento pudo tener Orlando Berrío, pero Marlos Moreno hizo una de más a los 52' y el disparo se le fue por un lado del palo, sumando una chance más a la lista que de a poco se iba alargando.

Intentos sin mucho efectos de la visita, disparos desviados del Nacional y un partido jugado en la mitad de la cancha era el resumen de la mayor parte de los primeros quince de la segunda mitad. 

Ya los locales quería cuidar el resultado, pues era suficiente para hacerse con la Libertadores, pero al frente Independiente del Valle quería jugarse en veinte minutos las pocas fichas que le quedaban. Hacer historia era la consigna para los 22 en campo, pero el fútbol aún no daba un dictamen para que el continente conociera al nuevo campeón de América.

Marlos quería recuperar la batuta de héroe verde y blanco, y por poco lo logra al minuto 71 con un cabezazo que aprovechó tras la mala salida del portero, pero para su infortunio tuvo que ver cómo el balón pasaba cerca del palo. Unos segundos más tarde, la visita estuvo a punto de cobrar el desperdicio, pero Franco Armani estaba seguro bajo los tres palos.

El segundo estaba por caer, el portero de Independiente del Valle tuvo que vestirse de verdugo y salvador en una sola jugada, pues él y sus compañeros eran un manojo de nervios cada que Atlético Nacional tenía el balón en los pies. 

El respiro para los de Repetto, aparentemente, llegó con la salida de Marlos Moreno a 14' del final, quien le dio paso a Ibarguen, un jugador capacitado para dar velocidad, pero también para sumar un hombre en la mitad de la cancha, así tendrían más el balón, lo cual dañaba fuertemente a los ecuatorianos.

La ovación para Borja, por parte de todos los asistentes, ocurrió en el minuto 80, pues Reinaldo Rueda decidió darle descanso y dejar entrar a Ezequiel Rescaldani.

Cada vez estaba más cerca el triunfo, los jugadores se acercaban a la parte alta de la historia nacionalista, en aquel lugar destinado a las leyendas que su técnico puso como meta alcanzable solo si ganaban la Copa Libertadores. El final parecía cantado, pero aún quedaban cinco minutos.

Después de los cuatro minutos de adición, Pitana decantó el final del partido y el Atlético Nacional de Colombia ocupó un lugar al que solo se suben los grandes del continente: al puesto del campeón de América.

Ahora viene el Mundial de Clubes, para seguir soñando con la gloria infinita.

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