Corría el año 2010 y Atlético Nacional vivía un momento de reingeniería, el equipo 'verdolaga' sumaba varios años sin levantar un campeonato y le apostó al fútbol argentino como clave para su regreso a los lugares de privilegio.

Ramón Cabrero y Angel Mamberto desde el segundo semestre de 2009, eran los elegidos para esta misión. El conjunto 'verde' reaccionó y peleó los primeros lugares del campeonato, en 2010 y tras un paso irregular en el primer semestre, Cabrero se fijó en Franco Armani como un arquero de proyección que le peleara el puesto a Gastón Pezzuti.

El oriundo de Casilda no dudó en llegar desde el Deportivo Merlo, sabía que era una gran oportunidad para mostrar su talento en el fútbol internacional, no se equivocó en apostarle a este reto.

Sus comienzos no fueron fáciles, el puesto de arquero no siempre tiene rotación y cada oportunidad que lo tengan se debe aprovechar al máximo. Ese 2010 era un año en el que Nacional le apostó fuerte y venía de menos a más en la Copa Colombia, tras quedarse en semifinales a manos de Santa fe en 2009, la sed de revancha imperaba en Cabrero y sus dirigidos.

A medida que iban avanzando de fases, el grupo tenía más confianza y pensaban en conquistar ese trofeo que entonces, no tenía el club antioqueño. Llegó los cuartos de final e Itagüí era su nuevo escollo, tras un partido para el olvido, las 'aguilas doradas' golearon 5-1 a Nacional siendo local en el Atanasio Girardot.

La situación era compleja, remontar un marcador tan abultado poco se había visto y menos contra un equipo que estaba en los primeros lugares de la segunda división. Llegó el 22 de septiembre, y era la fecha que el destino le brindó a Franco para que defendiera el arco 'verdolaga'. Fue un debut un poco amargo, en el sentido que Luis Páez le bastó un minuto para vencerlo. Con cinco goles por marcar para forzar los penales, la situación era difícil, sobre todo por el debut del guardameta albiceleste.

Pero llegaron los goles en cantidades industriales, la expectativa cambió y ahora Nacional confiaba en clasificarse a semifinales. Armani mostró seguridad y confianza en su pórtuco, redondeó un 5-5 en el global que aumentaba la ilusión 'verdolaga'. Llegó la lotería de los penales y Franco no pudo atajar ninguno, un 5-4 en los penales en favor del 'dorado' le dio su pasaje a la final.

El debut no fue el mejor para Armani, pero eso no desanimó al 'ídolo argentino', tres años más tarde, el casildense agarró de lleno la titular para nunca más devolverla. Luego de consolidarse como cerrojo 'verde' llegaron los títulos y la dicha, más allá de un par de campeonatos que consiguió siendo suplente. Las copas que levantó a punta de su esfuerzo, talento y sacrificio bastaron para escribir con letras doradas varias páginas de este libro llamado Atlético Nacional.

"No hay mal que por bien no venga", pasaron 186 partidos, 10 títulos, ofrecimientos multimillonarios de varios clubes importantes en el Mundo, el cariño de millones de almas 'verdolagas' que cada domingo, cada partido que juega Nacional le demuestran su amor por el club, ese que nació hace seis años y que perdurará por siempre.