El camino a los octavos

Cuando Santa Fe quedó campeón del torneo colombiano se cumplió una meta, pero también apareció otra aún mayor y era pensar en borrar la pobre actuación del conjunto cardenal en la anterior edición del torneo continental.

Aquella vez con Wilson Gutiérrez a la cabeza, los bogotanos apenas consiguieron cinco puntos que los dejaron como últimos del grupo cuatro con apenas una victoria en seis partidos. Este hecho, sumado al pobre rendimiento en el torneo local, desencadenó en la salida del joven técnico por parte del presidente César Pastrana.

Desde el sorteo se vió que el grupo no iba a ser para nada fácil, teniendo que desplazarse a México para jugar contra Atlas, yendo a Santiago de Chile para enfrentar a Colo Colo y además teniendo que jugar contra el Atlético Mineiro que había ganado la Copa Libertadores hace dos años.

Los dirigidos por Gustavo Costas comenzaron mostrando muy buen nivel de juego desde el comienzo del torneo y consiguió ganarle en Guadalajara por la mínima a Atlas, el equipo equipo bogotano se lució bien jugando de visitante y en el final obtuvo la recompensa con gol del 'montañero' Luis Carlos Arias.

El siguiente paso era recibir a un difícil Colo Colo en Bogotá que también venía de ganar su juego ante Atlético Mineiro, la previa nos hablaba de un partido equilibrado con los dos líderes del grupo pero Santa Fe mostró mucha casta y miró a los ojos a un equipo chileno que no se pudo encontrar dentro del campo; con actuaciones memorables de Ómar Pérez y de Wilson Morelo que firmó un hat trick, Santa Fe respiraba tranquilo y se perfilaba como candidato a ser líder del grupo.

Lleno de la confianza que daban los buenos resultados, el equipo albirrojo esperaba la visita del Atlético Mineiro que marchaba último del grupo, el equipo llegaba a Bogotá con dos derrotas en los dos partidos disputados y sin un solo gol anotado. Se pensaba que sería en partido de la clasificación del equipo colombiano, pero dentro del campo ocurrió algo impensado, ante su propio público lucío un Santa Fe desconocido, falto de confianza y de personalidad; la derrota supuso un duro golpe para el cuadro local, más aún sabiendo que seguían dos encuentros en condición de visitante.

El equipo capitalino preparaba un largo viaje con destino a Minas Gerais y luego a Santiago de Chile con la meta de recuperar los tres puntos perdidos en casa. El partido en Brasil no fue muy diferente al que se jugó en Bogotá, un Santa Fe irreconocible que perdió la iniciativa de buscar el resultado y terminó pagándolo caro con una derrota 2-0. 

Surgieron muchas dudas sobre el equipo, que parecía jugar muy bien pero que había desaparecido ante el conjunto brasilero. Se vio comprometida la clasificación a la siguiente fase faltaba visitar al lider del grupo, Colo Colo, y en su propio estadio.

Al saltar al campo todas las dudas parecieron olvidadas y Santa Fe jugó su mejor partido en la fase de grupos, un equipo alegre y con mucha personalidad le paso por encima a los chilenos con un Omar Perez enchufado, con nueve puntos y con una buena diferencia de gol frente a sus rivales, los dirigidos por Gustavo Costas tomaban un aire y ya se veían en los octavos de final.

El último partido era frente a su gente y contra el equipo más necesitado del grupo, Santa Fe jugó un partido inteligente y sacó un resultado favorable para mantenerse en la primera posición del grupo y pensar en su siguiente prueba: Estudiantes de La Plata.

Cuando jugar bien no basta

El juego mostrado por Santa Fe en esta fase de grupos fue de los mejores, teniedo el balón, generando opciones en el arco rival y no conformándose conel marcador que hubiera. Pero el fútbol no entiende de justicia y muchas veces los equipos mas "líricos" no salen victoriosos, por esa razón la labor de Wilson Morelo y de Luis Páez debe ser fundamental en el equipo.

El equipo capitalino tiene un medio campo privilegiado, con Daniel Torres no sólo recuperando sinó también teniendo el balón y entregando el prime pase de manera correcta, Juan Daniel Roa y Luis Carlos Arias dan el sacrificio bajando a marcar y haciendo recorridos largos para generar peligro atacando por último queda el mago, el jugador diferente que tiene este equipo: Ómar Sebastián Pérez es el lider futbolístico, el hombre de las ideas que es capaz de levantar el equipo poniendo a jugar a los demás.

Santa Fe no puede caer en el error que cometió enfrentando al Atlético Mineiro, lo respetó demasiado y no salió a proponer su juego, cometer ese error en partidos de eliminación directa le puede costar muy caro al equipo de la capital colombiana. En frente va a tener un rival que no atraviesa un buen momento pero que sigue siendo peligroso, además tiene la ventaja de ya haberlo visto de cerca enfrentando a Atlético Nacional lo que les puede dar una idea clara del estilo de juego del pincha que aunque cambió de técnico mantiene una idea futbolística similar.

A Santa Fe le sobra el fútbol pero tiene que pensar en grande para seguir avanzando en la Copa, el técnico argentino Gustavo Costas deberá mantener el nivel mostrado en esta fase de grupos y encontrar una motivación que lleve a Santa Fe hasta instancias definitivas.