Ayer, cerca de las tres de la tarde, en la Cancha Estadio Santiago Giraldo del Club Campestre de Pereira, terminaba el partido entre el japonés Taro Daniel y el colombiano Alejandro Falla. Tres fueron los sets en los que se impuso el tenista oriental para llegar a los tres puntos que le otorgaron a su país el ingreso a la élite de las mejores 16 naciones a nivel tenístico.

Más allá del resultado de la contienda, llama la atención el alto nivel de similitud que guarda esta con la ocurrida en el 2013 en suelo japonés.

Y es que al igual que dos años atrás cuando los seleccionados de Colombia y Japón se dieron cita en el Coliseo Ariake, de Tokyo, el marcador final fue de 3-2 a favor de los nipones. En ese entonces Santiago Giraldo triunfaría en el primero de sus partidos, pero no podría hacer lo propio en el segundo; Juan Sebastián Cabal y Robert Farah asegurarían el punto del enfrentamiento en dobles y Alejandro Falla caería en la inauguración y el cierre de la serie.

Lo ocurrido en los últimos tres días en Pereira traspasa los límites del deja vu y se convierte en una repetición de lo que ya se había visto: Falla perdió los dos partidos que disputó, Giraldo ganó uno y perdió otro y, como de costumbre, Cabal y Farah sacaron la cara en el enfrentamiento de parejas.

De esta manera, los dirigidos por Mauricio Hadad se quedaron ad portas del ingreso al Grupo Mundial de la Copa Davis, derrotados por tenistas japoneses, como en el 2013.