Palabras conmovedoras y algunas duras son las que ha expresado Llena cuando le toca abrirse sobre las distintas etapas que tuvo como seleccionador en este país. Tuvo desde complicaciones para dirigir a las menores hasta polémicas con la mayor. El europeo no titubea al admitir que vive su mejor etapa desde que llegó, pero en ningún momento muestra arrogancia al ver como paso por momentos difíciles. 

Don Enrique, ¿Cómo se encuentra en este momento?

Tranquilo, emocionado por lo que se viene, pero tranquilo sobre todo.

Después de tanto, ¿Que puede decir de Nicaragua?

Que vamos para adelante y que estamos en pañales, pero laborando y ahora con un grupo de trabajo superior estamos en buen camino.

Sus primeros días fueron difíciles. Hubo fuertes campañas negativas sobre su anterior trabajo de detective privado y sus 10 años sin entrenar.

Si, la verdad es que fueron días que no la pase bien pero yo nunca vi nada malo en ello ni trate de engañar a nadie. Lo que no me pareció justo fueron las críticas obsesivas, persecutorias, y desmedidas por obsesión, además de otras mentiras que usted sabe que hubo.

Con la Sub-21 se vieron resultados adversos y dolorosos. ¿Sigue pensando que fueron responsabilidad suya?

Yo soy el responsable como director técnico. Lo de Belice fue una derrota y una victoria y nos quedamos por el gol de visita. En ambos partidos tuvimos ocasiones y hasta nos rompieron el ritmo con simulacros de lesiones. Lo de Costa Rica si fue un error, un desastre, pero hay que sufrir esos reveses cuando uno quiere cambiar. Hubiera sido fácil para mi salir con todos colgados del larguero pero yo no soy así. Yo quería cambiar el estilo y mentalidad, y a lo largo de la historia para lograr un objetivo tienes que sufrir esos reveses.

¿Con la mayor llego a sentir presión ya que recibía a la selección que clasifico y jugo la Copa de Oro?

Yo sentí presión y me sentí muy mal al volver de Miami tras haber perdido 5-0 frente a Guatemala. Al terminar el partido les dije que yo creía que estaba equivocado, que había que cambiar todo. Por lo que pensaba volver a plantearnos el estilo de juego y la filosofía. Ese era un partido que yo estaba esperando con ansias y el resultado fue una sorpresa para mí. Después supimos que es lo que fue, y eso por un lado me dejo muy jodido así como más tranquilo porque la idea tal vez no estaba mal.

Hoy por hoy se ha confirmado que ese partido fue amañado. Tras eso, se da una revolución entre los convocados. ¿Dio usted salida a los que participaron?

Este tema hay que zanjarlo. Esto ya ha hecho mucho daño y no es que no quiera hablar, pero en esa selección ya había que ir dando salida por varios motivos como la renovación al igual que pudo influir lo que estamos hablando.

Siendo usted una presunta víctima de Armando Collado, ¿Qué mensaje le podría mandar.. ?

(Interrumpe) Yo no me siento víctima de Armando Collado, en todo caso son víctimas todos ustedes y todos nosotros. Tanto fanáticos, periodistas, como nosotros con situación laboral pero sentimentalmente ustedes estarán más afectados. Ojo, que en aquellas conferencias de prensa con algunos compañeros de usted yo veía lo contrario ya que parecía que el que había hecho algo malo era yo y hasta se veía como si todo mundo quería defender a los otros y que estaban de acuerdo con aquello que hacían y que yo era el culpable. Eso nunca lo entendí, me dolía a sobremanera, pero bueno ahí tuvimos que aguantar y salir hacia adelante.

¿Si nunca se hubiera descubierto algún tipo de amaño, habría ocurrido la renovación?

Si porque cuando se me fichó en el proyecto ya venía un rejuvenecimiento y esa es la idea que yo he tenido siempre. Yo voy los domingos o los sábados a s, vemos a los jugadores y no les miro la cedula, a mí al que me gusta lo llamo sin ver si tiene 25 o 18, si es joven mucho mejor. De ahí hemos tenido muchachos como Alejandro Tapia, Josué Quijano, o el mismo Henry Garcia.

¿Antes de su primera Copa Centroamericana temía que si no clasificaba a Copa Oro le iban a destituir?

Pues justamente dos meses después de esa copa acababa mi primer contrato y no tenía miedo que me fueran a destituir, pero tenía por seguro que después del 15 de abril no me iban a renovar. Cuando acabó la Copa yo estaba convencido que a mí me quedaban dos meses en Nicaragua, y cuando llegó la fecha el presidente me reunió en su despacho para decirme unas palabras muy alentadoras. Fue bonito aquello porque no me lo esperaba, y al proponerme renovación yo dije que encantado.

¿Qué conclusiones sacó de la región centroamericana y de Nicaragua en si tras esa copa?

Si. Siempre tuve esperanzas con clasificar a Copa de Oro. Lo que me queda fue que yo lo he pasado aquí muy mal y muy bien. En todo ese proceso yo pasé muchos problemas que no quiero volver a tocar y me afectó mucho todo ese tema de ventas de partidos. Las conclusiones son que aquí el futbol está en un nivel muy poco profesional en todos los aspectos. Yo intento trabajar con el jugador, pero es que los clubes tampoco están bien en muchas cosas. Aquí quiero cambiar esa dejadez que existe, y no digo que haya mala intención, pero esto es característico en el nica.

Llegan las eliminatorias. ¿Confiaba que con este nuevo formato iba a cambiar la racha negativa de Nicaragua en estas instancias?

Yo siempre estoy convencido que voy a ganar. Soy así de ignorante o así de atrevido y prueba de ello fue que en el partido de Panamá salimos a ganar. Esa es mi mentalidad y no me puedo imaginar un partido saliendo a no ganar.

¿Se siente Enrique Llena parte de la historia del futbol de Nicaragua?

Depende. Si soy parte porque sé que estoy registrado como un entrenador más, pero más que eso no porque no hemos conseguido nada y ganar dos partidos para mí no es mucho. Otra cosa seria lo que puede llegar ahora porque aquí la federación, en contra de lo que puede pensar usted y colegas, está haciendo muy bien las cosas dándome todo lo que yo pido.

¿Fue el partido de ida ante Panamá su mejor partido con una selección?

Con la selección absoluta sí, pero el partido contra Belice con la Sub-21 fue muy bueno y pudimos haber ganado por más. Y con la Sub-20 el partido contra Costa Rica fue un gran partido, merecimos ganar 4-1, pero jode que todos grandes partidos hemos perdido (risas).

¿Qué conclusiones quedaron de las eliminatorias mundialistas?

Que se me hizo muy cortó porque yo tenía en mente llegar a la hexagonal. Cuando llegamos aquí tras la victoria 2-0 estábamos primeros y nunca me sentí presionado porque estaba convencido que íbamos a ganar el partido de Panamá y con eso el camino habría sido accesible.

¿Tuvo descontentos con su cuerpo técnico brasileño?

Discusiones no hubo y mi puesto nunca estuvo en juego. Hubo periodistas malintencionados y recuerdo que hasta hubo artículos con pie de foto que hablaba de Flavio Da Silva como director técnico, pero si alguien quiere aprender lo que es un profesional pues que este cinco minutos viendo a Ramón Catalá.

Vino la Sub-20. ¿Creía en el milagro?

Yo estoy convencido que soy ignorante, y no me sale una palabra, pero salgo todos los partidos a ganar. Antes de ir a Honduras tuvimos una reunión en la federación con la comisión de medios y ahí yo les dije cuáles eran mis sentimientos y hasta expresé que a mí no me gusta eso de UNCAF, porque siempre nos enfrentamos con los mismos y favorecería más a Nicaragua. Yo asumí que esta triangular se había montado para que clasificaran los dos grandes, Costa Rica y los anfitriones, pero les dije que se iban a joder, porque íbamos a clasificar. A México vamos a lo mismo, a buscar la clasificación al mundial y tengo confianza en esta selección. Es un sueño, pero no utópico, y Nicaragua no va a foguearse, va a luchar por uno de los cuatro puestos.

¿En qué se siente Enrique Llena diferente al resto de los técnicos en Nicaragua y el mundo?

En todo porque cada uno es como es. Johan Cryuff me impregno de alegría futbolística y de filosofía, y ahora tengo a Ramón que ha estado con él. A mí me gusta decirle a los muchachos eso de “no importa si nos hacen dos si nosotros podemos hacer cuatro” y eso representa una filosofía.

¿Qué significa Nicaragua en su vida?

Todo. Yo soy español de nacimiento pero Nicaragua es mi segunda patria. Futbolísticamente me ha dado todo lo que tengo. Aquí a modo personal y profesional tuve algunos padecimientos que dejan cicatrices, pero hay que pensar en lo bonito y la verdad es que me ha dado todo.

¿En que ha influido este país en su filosofía tanto futbolística como de vida?

Pues en darme cuenta que no todos somos iguales ya que yo venía de Europa, una cultura totalmente distinta a la de aquí. Aquí tuve un colaborador que me ayudó mucho, Guillermo Contreras, y él me apoyo mucho en entrenamientos y a entender cómo se funciona y recuerdo su frase de “esta usted en América profe”.

Si pudiera describir sus tres años acá en una palabra, ¿Cuál sería?

Ilusión. Acá vine con mucha ilusión, me quisieron quitar la ilusión pero no me la quitaron, y sigo teniendo una ilusión inmensa de ahora ir a Copa de Oro y en enero ir al mundial de Turquía.

¿Se ve en Nicaragua tres años más?

No creo porque en el mundo del futbol los ciclos normales son cuatro años y ya tengo contrato hasta abril del 2014 donde cumplo ese ciclo y falta tiempo, pero ya mas no porque el ciclo termina y ya habré aportado mi granito de arena. En ese momento podrán agarrar lo que he dejado y podrán desterrar lo malo y continuar para adelante y yo también adquirir otras experiencias futbolísticas.

Un poco de Ping-Pong, lo primero que se le viene a la mente cuando nombro…

Johan Cryuff: Admiración. Quiero tomar un café con él.

Julio Rocha: Un gran amigo.

Selección mayor: Mi ilusion, mi esperanza.

Selecciones inferiores: Proyectos.

Armando Collado: No lo conozco.

Real Estelí: Haciendo bien las cosas.

Copa de Oro: Vamos por ella.

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Sobre el autor
Alejandro Bendaña
Nicaragüense con amor al futbol. Aficionado inquieto, periodista deportivo, y sobre todo critico de la idiosincrasia del deporte en mi país.